Andalucía

Más pasado que futuro

La Razón
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A medida que vas cumpliendo años, esto de pensar en la falta de futuro nos pasa a muchos, aunque, eso sí, hay personas que viven enganchadas a su pasado desde casi la juventud. Éste es el caso de Bárbara Rey. Lleva 40 años amagando con contar toda la verdad de la real historia de su vida, en una especie de cuplé erótico «lo digo o no lo digo», e invitando a la audiencia a que vean otra entrega donde todo se sabrá, claro está, que cobrando cada aparición. La vedette en público no ha citado nunca el nombre, pero cierto es que en distintos medios, y más en la últimas semanas, se ha visto y oído decir sin ningún reparo que la alta autoridad del Estado a la que se le achaca un «lío» –llamarlo romance sería una exageración– es el Rey Juan Carlos. A estas informaciones públicas me acojo para citar al monarca. En esta ocasión aprecio un salto cualitativo en la ofensiva y que involucra a nombres del periodismo político. Hasta este mes de enero del 2017, este tema no salía de los programas del corazón. No me cuadra que sea una nueva estrategia de Bárbara para obtener más dinero. Para ella sería matar la gallina de los huevos de oro, además de buscarse enemigos muy poderosos, ya que, al igual que hay más papistas que el Papa, también hay monárquicos mas fundamentalistas en la defensa de la corona que los propios monarcas. Una vez hecho el prólogo, vamos a los hechos, que tendré que contar en un par de capítulos más. Algunos que están hablando de los referidos hechos en estos días, afirman que la historia comenzó en los días posteriores a las elecciones del 15 de junio de 1977 –las primeras democráticas desde los años 30–. Siempre según lo oído o leído, el líder de la UCD, partido político que lideraba el presidente del Gobierno, que había nombrado el Rey para llevar a cabo tarea tan extremadamente difícil como fue pasar de la dictadura a la democracia sin romper ni casi manchar al Estado ni a las personas, en plena euforia por el éxito, llamó al Rey. Dos cosas: primera, los nombres de protagonistas de este relato, ya fallecidos, no los diré por una forma de respeto; segundo, que tendrán que esperar a mañana... para conocer ese inicio del que conozco más de lo que hasta ahora se ha dicho.