Restringido

Más tontos que botellines

La Razón
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El resultado está apretado, pero si hubiera que proclamar hoy vencedor, sería Carlos Sánchez Mato, concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Madrid. Poniendo cara de pan, el edil Sánchez Mato ha dicho que el «amor» es la forma de afrontar el terrorismo yihadista y de aplacar la furia asesina del Dáesh. Y lo asombroso no es que el tipo se haya quedado tan pacho, sino que su tesis cuenta con un nutrido contingente de seguidores. Manuela Carmena, por citar a alguien notable, sostiene a propósito de los asesinos islámicos que la respuesta no es la venganza, sino hablar, oírnos. En el «No a la Guerra», como vimos el sábado en la manifestación, están por el momento de forma activa cuatro badulaques, incluidos Kichi de Cádiz y su novia Teresa, pero podrían convertirse en «marea» a la mínima.

La razón no es sólo que haya en España mucha ignorancia y más tontos que botellines. Existe un terreno abonado y en lugares y ámbitos inauditos.¿Se acuerdan de lo que soltó el socialista José Bono en su primera visita al Pentágono? Pues que él, siendo ministro de Defensa, prefería que lo matasen a matar. Bono, que de 2004 al presente ha echado pelo y sentido común, no debe estar ya en esas posiciones, pero a su alrededor proliferan quienes siguen erre que erre. Hace sólo año y medio, preguntaron a Pedro Sánchez qué Ministerio sobra en España y contestó a botepronto que el de Defensa, cuyo presupuesto destinaría a la pobreza y la violencia de género. El líder del PSOE quizá ignoraba que España dedica a sus Fuerzas Armadas nueve veces menos presupuesto que Francia y que en una democracia no hay libertad, igualdad o fraternidad, sin seguridad. Deberíamos dar por supuesto que eso lo tienen claro quienes han estado en puestos de responsabilidad, pero tampoco. Julio Rodríguez, quien fue Jefe del Estado Mayor con entorchados de general bajo la batuta de Carme Chacón, nos ha salido ahora con que la izquierda tira «bombas de auxilio».

Estamos a la espera de que su jefe Pablo Iglesias nos explique cómo funcionan los explosivos, aunque sin mucha esperanza porque el líder de Podemos ya ha dicho que esto del Ejército Islámico y los decapitadores es demasiado importante y estratégico como para abordarlo «con soluciones que apelan a la unidad». Es lo que tiene la gente cuya experiencia sobre Islam, terrorismo y paz se limita a haber ido en una ocasión a la semana de Turquía en El Corte Inglés.