Política

Jesús Fonseca

Mérito del almendrero

La Razón
La RazónLa Razón

Ha sido Juan Vicente Herrera, una vez más, el que ha salvado los muebles en Castilla y León. Como el almendrero, que va de feria en feria, a campo abierto. Así ha ido ha ido Juan Vicente Herrera, durante las semanas precedentes, explicando las cosas, atendiendo y escuchando a todos. Con humildad, con mucha llaneza. Bien armado de convicciones. Las cosas no pintaban bien para el partido gobernante en esta Comunidad Autónoma, se dijera lo que se dijera. Han sucedido cosas feas, muy feas, como para no pasar factura. Si al PP le ha ido, en Castilla y León, mejor que en otros sitios, se lo debe a la entrega, hasta la extenuación, de Herrera. A su honestidad y juego limpio. Pocos han sabido conseguir y conservar la reputación, como este burgalés de la tierra adentro, que aborrece la solemnidad y el derroche. Este resultado, es un éxito personal suyo. Juan Vicente Herrera no ha caído nunca en la tentación y el fraude de la demagogia fácil. Ha plantado cara, siempre que ha hecho falta, a los gobiernos de la Nación. Se la ha jugado desde la exigencia y la lealtad. Pasada la madrugada, Juan Vicente Herrera, ni se ha ido por las ramas del inútil discurrir, ni ha abusado del tiempo y la paciencia de los que a estos oficios nos dedicamos, a la hora de valorar el resultado: «Estamos ante una nueva realidad. Ante un nuevo escenario que asumimos de buen grado», ha dicho con la sonrisa de siempre. En Castilla y León se han pagado los platos que otros han roto. Una vez más, «la verdad padece, pero no perece». Los políticos suben y bajan. Incluso caen, a veces. Lo que importa es aportar, arrimar el hombro, trabajar. Servir y ser útil. Toca ahora aguzar el ingenio, la capacidad para escuchar y tender la mano, de buen grado, como él mismo Herrera ha dicho. Muy serenamente. La honradez, el sentido común, volverán a gobernar en Castilla y León de la mano del líder del PP mejor valorado y más respetado de toda España.