Podemos

Napoleón perdió Waterloo

La Razón
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El PSOE sigue siendo la organización que más morbo despierta a los medios de comunicación. Donde hay un conflicto interno de los socialistas, hay focos que lo alumbran para exponerlo ante la opinión pública. Siempre ha sido así y ni siquiera la irrupción de nuevos partidos parece cambiarlo. La razón no es tanto que el PSOE sea un partido que entra y sale de los gobiernos según el ciclo electoral, porque el PP no despierta el mismo interés, es más bien que en la cabeza de algunos quedó instalada, hace tiempo, la máxima de que lo «que no sale en los medios no existe». Sin embargo, las oportunidades perdidas son enormes. El sainete navideño que acabó en denuncia por parte de la Gestora y en la retirada en 24 horas de las usurpadas siglas socialistas ha ocupado gran parte de las portadas. Tanto ha sido así que en los 145 metros del famoso local no cabía un periodista más, pero era difícil ver a un militante socialista. Unos metros más allá, en Podemos, se lanzan granadas de mano unos a otros en una guerra civil interna, en la que la caza y captura del errejonismo ha sustituido al tradicional levantamiento de la veda del conejo y la perdiz. Se rompen en dos, su gestión en el Ayuntamiento de Madrid es catastrófica, sus modos internos son estalinistas y saltan escándalos como el caso de Baleares.

Han pasado, en un par de telediarios, de fundar un nuevo partido a pensar en la «refundación» como consecuencia de sus batallas internas, algo inédito en política. En otras cosas no se han dispersado tanto, su enemigo es el PSOE y le ponen contra las cuerdas en Castilla La-Mancha, Aragón o Valencia, cada vez que pueden o les interesa y toda su estrategia se basa en desgastar a los socialistas acusándoles de haber formado un frente con el PP.Napoleón perdió la batalla de Waterloo por tener que contener dos frentes, el de Bucher por la derecha y el de Wellington por la izquierda. Tenía preparado el francés un tercer ejército, el de Erlon, para que hiciese el ataque final y definitivo al enemigo. Sin embargo, la confusión en la batalla y la deficiente comunicación de los planes hizo que Erlon deambulase desde un frente hasta el otro sin participar en ninguno. Es injustificable la actitud de la dirección socialista de Madrid. Miembros de la ejecutiva regional participan en las operaciones de debilitación del PSOE, como la promoción del inefable local. No hay una sola acción política destacable en la región, ni en la propia ciudad de Madrid. La desconexión con los colectivos ciudadanos culturales, deportivos, vecinales y sociales, es total. No trascienden iniciativas políticas y con un Partido Popular, por primera vez sin mayoría absoluta, todas las iniciativas quedan en manos de Podemos.

Nadie sabe exactamente cuál es el trabajo institucional y los dos portavoces más significativos, Asamblea de Madrid y Ayuntamiento de la capital, sencillamente no existen en el imaginario de los madrileños. Los socialistas habíamos logrado un reconocimiento por la defensa de algunas causas, como la sanidad, la paralización del euro por receta, los tratamientos para pacientes de hepatitis C, la no privatización del Canal de Isabel II, la apertura de comedores escolares para que todos los niños tengan un plato caliente al día, o desvelando la falacia de Eurovegas.

Sería más recomendable que la dirección de los socialistas madrileños abandonase las escaramuzas internas, dejase de dedicar sus escasos recursos a iniciativas que dañan al Partido Socialista e intentase trabajar por los intereses de los madrileños, que son, en definitiva, los de los socialistas. Uno de los frentes debería desaparecer.