Sevilla

Ni Diego ni digo

La Razón
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Este titular quisiera dejar con alguna claridad las sorprendentes cosas que vemos a diario en la política y que entroncan –aunque con mucha menos clase y conocimiento– con aquello del conde de Romanones, el acuerdo es imposible... Al menos hoy, mañana Dios dirá. Les comentaba ayer las alegrías y los bandazos de Podemos con motivo de la celebración del Día del Orgullo Gay. Me van a permitir que haga unas breves anotaciones sobre el asunto. El ayuntamiento que preside la inefable Manuela Carmena vendió que llegarían de todo el mundo varios millones de personas, que los beneficios económicos serían espectaculares, que hoteles y restaurantes estaban sin plazas... Creo que es hora de que el citado consistorio dé cifras oficiales, porque el desastre es mayúsculo. Me comentaban amigos del mundo del la hostelería y del teatro que al cortar drásticamente muchas calles, se cerraban los accesos al centro, y los clientes habituales de muchos locales no llegaban. Los teóricos millones de visitantes que venían, o no llegaron o eran más de bocata y botellón. Los hoteles de cierto nivel han tenido menos ocupación que un año normal por estas fechas, los comercios en general no han subido sus ventas habituales... Y así casi todo. Pero volvamos al tema principal. Todavía ayer coleaba el tema del revolcón sufrido por el alcalde Juan Espadas, a cuenta del día festivo de la Feria de 2018. Personalmente, estoy totalmente de acuerdo con que el día del patrón de la ciudad sea festivo, porque además tenemos un patrón de altísimo nivel, el Rey que al conquistar Sevilla puso toda su capacidad para que la ciudad se convirtiera en una de las grandes de la cristiandad. Lo que resulta del digo y del Diego es que esto se consiguiera gracias a la abstención de los grupos de extrema izquierda, esos mismos que querían quitar a San Fernando del escudo de Sevilla, esos que reclaman laicidad a todas horas, esos que tacharon al PSOE nacional de vendido al capital cuando se abstuvo en las Cortes, haciendo posible la gobernabilidad de la nación, esos que han hecho acusaciones terribles, con insultos incluidos en la moción de censura al PP... Pues ya ven, se han abstenido por respetar una tradición. Indudablemente, el sol está pegando fuerte y las cabezas se ponen loquitas.