Cástor Díaz Barrado

No hay derecho

La Razón
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Está claro que los independentistas catalanes no respetan el derecho. Hacen caso omiso no sólo de la Constitución, sino también de las normas que han emanado del Parlamento catalán. Ellos mismos incumplen las reglas de las que pueden dotarse en su convivencia. Pero, infortunadamente, esto no importa ni interesa. Todo está preparado para que, al final, obtengan muchos beneficios y está garantizado que los tendrán. Nadie les impedirá sacar réditos una vez más. Es la historia de España que irremediablemente se repite. Podríamos pensar, sin embargo, que lo que no pueden decir nunca los independentistas catalanes es que respetan el derecho internacional. Pero tampoco esto les importa mucho. En realidad, no les importa nada. El Estado español no ha dejado en los últimos años de hacer sucesivas concesiones a los nacionalistas y esto explica el talante arrogante que adoptan y que adornan sus alocuciones. El menosprecio que sienten los independentistas en Cataluña por las normas del derecho internacional está justificado, a su juicio, por el único objetivo de la independencia. Todas las legalidades les molestan y, por tanto, también les estorban todas las legitimidades. Sólo hay una legitimidad válida: la independencia. Sólo hay una legalidad: su voluntad de independencia. Porque los independentistas catalanes no juegan, saben que van a ganar, que siempre ganan. Todos pierden, también el derecho internacional que queda roto y desvalido, pero el triunfo de los independentistas está plenamente asegurado. Esto es lo que importa. Los independentistas catalanes llevan años imponiendo sus criterios y otorgando subvenciones y, cómo no, repartiendo bendiciones y perdonando a los demás. Todo está muy claro. Siempre han vencido al derecho y a la ética. Los independentistas en Cataluña no son perdedores, son quienes determinan el rumbo de la historia en España. La petulancia independentista catalana tiene motivos, no es casual. La autodeterminación, los derechos humanos, o la cooperación no están en el manual. Los independentistas catalanes triunfan sobre el derecho internacional. Pero ¿y si alguna vez se equivocaran? A lo mejor dirían: no deberíamos haber subestimado nunca al derecho internacional.