Novela

#noalPlaneta

La Razón
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El otro día estuve comiendo con una amiga que me preguntó si no iba nunca a escribir un libro. Yo le dije que entre mis habilidades no está la de escribir y que para talento, el único que me queda, si acaso, es poder haberme ganado la vida sin saber hacer bien absolutamente nada. Ella me dijo que no, que me animara, que, seguramente, con las chorradas que perpetro, podría rellenar uno de esos libros finitos con letra muy gorda que se llevan ahora, libros patada, low cost, libros basura, detritus facilón. Ella me contestó que es cuestión de organizarse, de plantearse eso como una posible profesión, que puede reportarte algunos premios literarios y hacerte económicamente la vida mejor.

Entonces, de pronto, caí en la cuenta. Coño, a ver si me van a dar el Planeta y me joden. Yo me vi, de pronto, con el Premio Planeta en las manos y se me pasó toda la vida por delante y al fondo vi una luz y un columpio, todo junto. Yo me vi en esa cena, teniendo que ir vestida con vestido, con algo de brillos, posando para las cámaras, con los Reyes al lado, teniendo que conversar con la Reina, con ese tono que tiene la Reina de regañarte por todo y he tomado una determinación. Rechazo el Premio Planeta. No lo quiero, que ni se les ocurra.

Se pongan como se pongan, dale Perico al torno, desde aquí lo digo de manera preventiva. RECHAZO EL PREMIO PLANETA. No lo quiero. No me viene bien ir a Barcelona a mediados de octubre.

Octubre es un mes que no sabe una qué ponerse, leches. No sabes si manga corta, larga, rebeca por lo alto, es un lío, que no. Yo no tengo hipoteca, que soy alquilada, así que el dinero no es lo más importante y además, esa empresa vaya Vd a saber cómo está y quién escribe en sus periódicos. Ah, y de paso, rechazo también el Premio Cervantes. Por si acaso.