JMJ

Polonia

La Razón
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Convocar a un millón de jóvenes en estos momentos de delirio terrorista puede parecer a algunos una temeridad irresponsable. Sin embargo, ni uno solo de esos muchachos y muchachas, procedentes de 187 países, se ha dado de baja o ha cancelado su viaje. La mayoría de ellos ya están en Cracovia esperando la llegada del papa Francisco pasado mañana miércoles. Las autoridades polacas, por boca de su ministro del Interior, han asegurado que tienen la situación bajo control y que serán treinta mil las personas responsables de la seguridad (entre ellos veinte mil policías y tres mil soldados). Pero no cabe duda de que nadie es capaz de excluir la hipótesis de un atentado. Las Jornadas Mundiales de la Juventud fueron un «invento» de san Juan Pablo II y la primera de ellas tuvo lugar en Buenos Aires en el lejano 1987. Desde entonces se han celebrado en países muy diferentes convocando masas enormes que alcanzaron su récord en Manila en 1995 con cinco millones de participantes. Hoy son un elemento decisivo en el acercamiento pastoral de la Iglesia al mundo juvenil. Pero además de presidir los actos de la JMJ el Papa argentino va a visitar dos lugares altamente significativos en la historia de Polonia: la basílica de Czestochowa, depositaria del histórico icono de la Virgen Negra, y los campos de exterminio de Auschwitz- Birkenau. Los que hemos tenido la suerte de visitarlos más de una vez sabemos que la contemplación del horror de que es capaz el ser humano te produce un impacto que te acompaña toda la vida. En un mensaje televisado dirigido a los jóvenes que participarán en la Jornada, Francisco desea que ésta sea como un mosaico de fraternidad construido a pesar de las diferencias de raza, cultura o religión. Un ejemplo presentado al mundo de que también hoy es posible construir la paz, la solidaridad, la comunión frente a quienes siembran muerte, violencia, guerra, terror y maldad. Cracovia va a ser, pues, la alternativa a ciudades como París, Bruselas, Niza, Múnich, Bagdad, Túnez, Nueva York y otras muchas sacudidas por el látigo terrorista.