Política

Alfonso Merlos

Populismo a la deriva

La Razón
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Son los riesgos de apostar por lo fácil, por el engaño, por las soluciones mágicas y a corto plazo para problemas complejísimos y estructurales. Al final uno se entrampa. Puede pasearse por la cuerda floja del ridículo y hasta convertirse en un impostor profesional. En política, éste es el caso de Podemos a tenor de las últimas revelaciones de LA RAZÓN.

Cuando la verdad termina ascendiendo desde las alcantarillas y es presentada a plena luz del sol termina brillando aún más. Y ése parece ser el camino que depara a la financiación de esta amenazante formación ultraizquierdista y antisistema. Lo que no han sacado se lo van a sacar. Empezando por los disidentes venezolanos, aquellos a los que se ha empobrecido, reprimido, humillado y hasta asesinado mientras Monedero, Iglesias, Bescansa y otros chicos del montón hacían las Américas por todo lo alto. ¿No les da vergüenza? ¿No tienen?

Es cuestión de tiempo. Hay negocios que no parecen limpios. Hay cuentas que, pasan los días, y están a la espera de ser puestas en una tabla de forma nítida: los ingresos, los gastos, el origen del dinero, su destino... y más importante: el porqué.

A estas alturas de la película, ¿de verdad alguien –más allá de los que visten camiseta púrpura y admiran las investigaciones de Errejón– cree que la morterada de millones que ha recibido esta tropa era para hacer estudios sobre la moneda única bolivariana o sondeos electorales sobre el modelo chavista? Decía La Fontaine que no es fácil reaccionar contra cualquier estupidez cuando ésta se pone de moda. Aquí lo determinante es que los ciudadanos, de sobra avisados, nos sepamos zafar de esta delirante ventolera comunista. ¡Podemos!