PSOE

Primarias de coña

La Razón
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El PSOE tiene mecanismos para pasar a cuchillo a los elegidos por los militantes. Las primarias, esas que querían hacer obligatorias en otros partidos, no son más que una coartada. La dirección, los que mandan, no soportan que el «populacho con carné» decida lo que quiere. A Borrell se lo cargaron con el estilete fino de los colegas y a Pedro le han puesto las firmas en el gaznate. ¿Por qué vale más un puñado de firmas que el apoyo de miles de militantes? Porque hay socialistas de primera, de segunda y ex socialistas. Cada uno se organiza como quiere pero que no den la chapa con una democracia interna que no es más que humillación externa. Este «asesinato» previo al Comité Federal es uno de los ejercicios más siniestros y elitistas de nuestra memoria reciente. Desconozco los planes de Pedro Sánchez, pero creo que mantiene el aval... y si no ha dimitido por las «cosas de España», ni por las cosas de su partido, esta operación merece una respuesta aunque sea del grupo mixto. Han sacado los tanques a los medios, han paseado los espantajos y los fantasmas y ahora tendrán que tomar la decisión de hacer a Rajoy Presidente. Sánchez se encadenó al NO. Con el NO hizo un lema, una excusa, una estrategia, un argumento y un programa. Ahora cuando el ruido deje de escucharse en el hemiciclo comprobaremos que el corporativismo entre Presidentes, es más fuerte que ser compañeros de partido. Por eso Felipe hará Presidente a Mariano y a Sánchez, ex secretario General del PSOE. Con esta operación que espero desbloquee por fin la realidad política de nuestro país se entierra por una temporada amplia la posibilidad de ver a los socialistas como alternativa de poder. En este camino que ha llevado de las teles y los tuits a las firmas y la guillotina «abajofirmante» se ha cercenado para una temporada la necesaria reflexión sobre el futuro de la socialdemocracia en España, que es un debate compartido con el resto de Europa. Después de quedarse bizcos mirando lo que hacía Podemos, han perdido su razón de ser, han quemado los rastrojos de los debates pendientes y va a ser difícil recuperar el hueco y la credibilidad. Si los de Pablo Iglesias andan listos se quedan con las tierras y con el mango de la sartén. Lo esencial de esta «aventura» es que hemos vuelto a comprobar cómo las cuestiones de partido son capaces de lastrar las cuestiones de país. Al menos hoy están más lejos las terceras elecciones.