Selección Española

Prodigioso

La Razón
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Destellos de calidad, detalles prometedores con vocación de futuro, si los chicos no se tuercen. Que no todos llegan. Los sub’21 de España brillan, también los de Italia, un tanto oscurecidos por la estrella del portero Donnarumma, objeto de deseo de los grandes clubes europeos que encajó tres goles de Saúl –los checos también le endosaron otros tantos–. Tres zurdazos, limpios, colocados y potentes del jugador atlético en momentos cruciales del partido. El 1-0, para bajar los humos a los italianos; el 2-1, para devolverles a la realidad tras el empate de Bernardeschi, que desvió Vallejo para sorprender a Kepa, y el 3-1, la puntilla, consecuencia de un dominio acongojante que los transalpinos sólo acertaban a interrumpir a base de patadas, reflejo de su impotencia.

Si el primer gol lo marca Saúl, líder del equipo, cortador, repartidor y rematador prodigioso, la Selección no pierde, sucedió contra Macedonia y Portugal. Posee una zurda que alabaría Maradona, y que nadie haga comparaciones, por favor. Él, como Ceballos, Sandro, Marcos Llorente o Asensio consiguen que esta Rojita presagie finales memorables, acaso el viernes contra Alemania, aunque no deslumbre, aún, como la Roja de los tiempos del oro, cuando había colas en la puerta de la Federación para patrocinar a la mejor y más bella Selección del mundo. Todo llega.

Los antecedentes del torneo sonreían a España. En los tres partidos previos marcó nueve goles y recibió uno. El balance de Italia, 4/3, justito, y terminó avasallada por un equipo que aún no ha firmado su mejor escena, aunque Saúl la favorezca.