César Lumbreras

Rajoy y las elecciones

Lo de Rato ha generado inflación de opiniones. De todas las que he escuchado y leído me quedo con una parte de lo que dijo ayer en varias emisoras Ignacio Ruiz-Jarabo, responsable de la Agencia Tributaria a finales de los noventa, y al que presumo conocimientos suficientes en la materia tan enrevesada como es la fiscal. Además, emitir juicios en caliente en asuntos tan complicados como éste no parece lo más adecuado. Mucho me temo que los próximos días van a deparar muchas sorpresas. En cualquier caso, me llama la atención el circo mediático que se ha montado y la mano del agente de aduanas, cuyo jefe último es Montoro, en la nuca de Rato. Creo que no procede, ni con el que fue vicepresidente del Gobierno, ni con ninguna otra persona, salvo que sea necesario porque tenga dificultades para entrar en el coche. Dicho esto, he aprovechado las últimas horas para preguntar a miembros del PP que ocupan cargos y viven instalados en «la burbuja de Madrid», y a otros de a pie diseminados por distintas puntos de España, si creían que esta operación beneficiaba o perjudicaba sus intereses ante las elecciones municipales y autonómicas. La mayoría me ha contestado que es perjudicial, por mucho que los de «la burbuja» y el Gobierno quieran ponerla como ejemplo de que todos somos iguales ante la Ley y de que no se hacen distinciones. No creo que lleguemos a conocer todo lo que hay detrás de la vorágine de estas últimas horas, pero algunas cosas sí que se sabrán. Los jueces tendrán que hacer su trabajo. De momento, lo único claro es que a Rato le han puesto la mano sobre la cabeza y el agente de aduanas no ha sido el único en hacerlo.