Región de Murcia

Rivera tira por la calle de en medio

La Razón
La RazónLa Razón

La relación entre PP y Cs se ha atascado en Murcia. Albert Rivera parece empecinarse en lo más peliagudo. La facilidad con que ha perdido pie evidencia que no es un buen negocio político pedir a cualquier precio la dimisión de Pedro Antonio Sánchez. Tanto que el asunto empieza a ser objeto de debate interno. Entre sus dirigentes hay voces que discuten haber echado un pulso sin tener todas las garantías de ganarlo. Representantes destacados hablan en privado, incluso, de «traspié» de Rivera por haber asumido en primera persona la batalla. «Albert ha dado dimensión nacional al asunto y ahora tiene difícil escapatoria», aseguran.

De poco sirvieron las dudas expresadas en pasillos por José Manuel Villegas y Juan Carlos Girauta de promover una moción de censura «instrumental» –con el compromiso previo de que el nuevo presidente convoque inmediatamente elecciones–, cuando por medio está un secretario general del PSOE tan debilitado como Rafael González Tovar, claro partidario de Patxi López. En la cuerda floja, también, su homólogo de Podemos, Óscar Urralburu, declarado errejonista.

Uno y otro, González Tovar y Urralburu, están situados en contra de los vientos que corren en sus respectivas cúpulas nacionales y su única salida, por tanto, es coger al vuelo la poltrona para no soltarla. El propio Rivera se vio obligado esta semana, a puerta cerrada, a pedir calma a sus diputados en la reunión de su grupo parlamentario. Y hasta llegó a hablar de un «duelo lento». Conclusión que ha extraído de los contactos mantenidos entre Villegas y el popular Fernando Martínez-Maillo.

En ese sostenella y no enmendarla en el que están, la resolución de la crisis se encamina a una negociación entre bambalinas de la moción de censura presentada por los socialistas. Ciudadanos ha pasado en semanas de pedir una salida inmediata del popular Pedro Antonio Sánchez, a graduar la presión, volver al ultimátum, agotarlo de nuevo y, finalmente, caer con todo su equipo en manos de PSOE y Podemos.

Es lo malo que tiene construir uno mismo la tela de araña que te atrapa entre apelaciones reiteradas a los «principios». Cuando luego, dejarse arrastrar por los socialistas es el más claro síntoma de esquizofrenia política, además, tan difícil de digerir por los votantes. Claro. Porque a la postre, la coherencia exigiría de los naranjas mantener a Pedro Antonio Sánchez a la espera de la decisión judicial. Sin embargo, ellos mismos, por las bravas, teniendo la oportunidad de ganar tiempo hasta después de Semana Santa, han tensado la soga que les ahoga poco a poco.