Restringido

Seguimos siendo españoles

La Razón
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No ha sido una respuesta ni clara, ni concisa ni contundente la que ha dado la ciudadanía catalana a la propuesta rupturista de Artur Mas, pero a pesar de todo los catalanes, con nuestras particularidades y diferencias respeto a otros pueblos hispanos, seguimos sintiéndonos mayoritariamente españoles. A pesar de la ingente campaña propagandística de la candidatura Juntos por el Sí en sus medios habituales (públicos y lo más lamentable en algunos medios privados), a pesar de las torpezas y tibiezas del bando no separatista, a pesar del miedo que coarta a buena parte de la sociedad catalana; no han ganado. Mejor dicho, no han ganado como ellos deseaban. Es cierto que siguen siendo muchos los catalanes que han votado por la lista secesionista y que sentimentalmente han dejado de sentirse españoles. Pero no son mayoría, y aunque la gobernabilidad de Cataluña va a ser muy compleja, ha quedado claro que la separación ni la queremos ni nos conviene.

A partir de hoy han de empezar a cambiar muchas cosas. La llamada «cuestión catalana» no debe ser aparcada «sine die» de nuevo. Ni el Gobierno español, ni los partidos políticos no separatistas ni la sociedad civil (catalana y española) debe quedarse con los brazos cruzados ante lo que ha supuesto la agresión de una parte del estado contra su propio ser. Respirar con alivio porque la magnitud de la tragedia ha sido menor de lo esperado es un error; buscar una salida honrosa a quien de forma tan desleal se ha comportado con todos, es alentar a futuros engaños de gente astuta; esperar a un nuevo reto rupturista en los próximos años con la misma resignación con la que hemos vivido en los últimos años, será una traición,

Ahora es cuando el Estado debe tener estadistas a la altura de las circunstancias. El Estado debe plantearse una hoja de ruta para recuperar un nuevo relato español que nos permita convivir en el siglo XXI superando leyendas negras y banderías guerra civilistas. Darse cuenta de que el tema fundamental de lo que nos ha sucedido en España es (y por este orden), un tema de educación de nuestras nuevas generaciones, de la necesidad de incorporar al imaginario común español las lenguas habladas en las comunidades hispanas y de establecer de una forma clara los símbolos comunes con la que todas las sociedades se identifican.

No es un problema baladí. No es una cuestión de revivir romanticismos trasnochados. Es el momento en que nuestro Estado decida ser nuestro Estado.

*Presidente de Sociedad Civil Catalana