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Iñaki Zaragüeta

Sí que se puede cesar a...

La Razón
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Afirmaba Cicerón, al menos a él se lo atribuye la Historia: «Hominis est errare, nullius nisi insipentis in errore perseverare», traducido «es propio del hombre errar, de nadie sino de tontos perseverar en el error». No quiero ser uno de estos últimos y mantenerme en el yerro. Así que ahí va mi rectificación, como penitencia y reconocimiento de culpabilidad. Viene esto a cuento por mi artículo de ayer, en el que la metí «hasta el corvejón» que dicen en mi pueblo, porque la Real Academia Española en su vigesimotercera edición del diccionario ya muestra una nueva acepción, la cuarta, del verbo «cesar» como transitivo: «Destituir o deponer a alguien del cargo que ejerce». Por tanto, cuando escribía ayer que, «mientras no se cambiase la gramática, el verbo de marras era intransitivo», lo hice sin consultar la última edición del diccionario oficial de nuestra lengua. Y efectivamente, se había modificado la calificación de la citada palabra.

Ayer por la mañana, mi amigo Rogelio, a quien tampoco le pregunté –segunda equivocación– me lo reprochó a la vez que me sacaba del entuerto. No podía hacer otra cosa que rectificar cuanto antes, decisión que tomé de inmediato y aquí trato de «desfacerlo».

En cualquier caso, el tema viene de antaño. En mi descargo diré que el vicio sobre «cesar» aparecía con demasiada frecuencia antes de 2014 cuando la RAE no había decidido cambiarlo. Por la existencia del vicio, «tragó» y la convirtió en virtud. En fin, me siento cual corsario venido a menos. Aquél que se lamentaba: «30 años de pirata y ahora remando en el Retiro». Así es la vida.