Cástor Díaz Barrado

Silencio

La Razón
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Poco se habla por parte de nuestros líderes políticos y en los medios de comunicación sobre la mejor política exterior de España. Esto no interesa. Es verdad que los problemas internos a los que nos enfrentamos son graves y que precisan de nuestra atención pero, en realidad, no le dedicamos nada de nuestro tiempo a qué lugar debe ocupar España en el concierto internacional. Los asuntos internos no nos dejan respirar y están constantemente en el centro del debate político. No estaría de más dedicarle algún tiempo a las posiciones que debe adoptar España en el exterior y cuáles deben ser las líneas prioritarias de nuestra acción en el plano internacional. Los ciudadanos debemos preocuparnos de estas cosas y no dejarlas sólo en manos de los diplomáticos y los gobernantes. Necesitamos tener una idea cierta de lo que realmente queremos para nuestro futuro y esto no se decide sólo en la política nacional sino que trasciende las fronteras. Hay un silencio absoluto respecto a qué futuro queremos para España en sus relaciones internacionales y, sin embargo, nos jugamos mucho. Únicamente valoramos y medimos lo que sucede en el exterior por sus implicaciones en la política interna y siempre y cuando beneficie o perjudique los intereses de unos u otros partidos políticos. No hay voluntad de conocer algunos detalles de la política exterior ni tan siquiera de dibujar a grandes rasgos los lineamientos que debemos seguir en las relaciones con otros Estados o en las Organizaciones internaciones. Da la impresión de que a la sociedad española no le interesan estas cuestiones y estoy convencido de que a nuestros dirigentes tampoco. La conformación política y económica de España, sin embargo, no se decide sólo en el interior y las políticas sociales dependen, muchas veces, de la capacidad de nuestro país de tener un papel activo en las relaciones internacionales. No podemos seguir guardando silencio. Hay que hablar, definitivamente, de política exterior.