El desafío independentista

¿Soportaríamos el 155?

La Razón
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¿Soportaría España la aplicación del 155? ¿Lo soportaría Europa? Pregunto por los líderes políticos, por los gobiernos y por las opiniones públicas. Los que han sido ministros y les dejan un micrófono para aliviarse, los que nunca serán ministros ni presidentes del Gobierno e incluso la ciudadanía que toma café habla del 155 como la solución final y la víspera de la solución total. Esto ante unas opiniones públicas que se han escandalizado por unos desalojos policiales como son los desalojos policiales. Unas opiniones públicas que han puesto en duda la democracia o la han negado por unas actuaciones equiparables a las de cualquier desahucio, partido de fútbol peligroso o manifestación no tolerada, no están en condiciones de asimilar el 155. Esta aplicación no es una guerra de propaganda en la que los más hábiles cuelan 10 vídeos y los ponen en circulación a primera hora de la mañana para que la indignación esté preparada a la hora del vermú. Para descubrir luego milagrosas curaciones y manipulaciones variadas. El 155 va de hacerse con las competencias y liquidar a los que tenían esas competencias. El 155 es desalojar a consejeros y funcionarios de sus sedes. El 155 no se aplica por favor y a besos. No hemos asumido como tranquila sociedad democrática que la aplicación de la Ley puede doler y que cuanto más alta sea la norma en la que te ciscas más duele. Pero el independentismo ha comprobado que tiran más los vídeos que todo el relato emancipador. Por eso van a dar tiempo al Gobierno, tiempo al Estado para que se multipliquen las voces del 155 y ver si todo se sitúa en la más absoluta excepcionalidad. Unas cargas policiales han sido mucho más efectivas para que se hable de la cuestión que la tarea de Romeva y los muchachos desde hace años. Por eso no quisieron quemar la traca de la Declaración Unilateral de Independencia el primero de octubre. Que viene que viene...es cuestión de días, anuncian el apocalipsis para el lunes que viene mientras tratan de mantener la movilización y la oración. Saben que es la escena final, que con esa declaración se termina el camino y la vida política de sus protagonistas. Serán declarados mártires por el Abad de Montserrat y habrá ganado la CUP como única fuerza independentista, libre de responsabilidades de Gobierno, con capacidad para hacer de la calle el escenario político de un sistema dinamitado. La respuesta que el Estado de Derecho dé a esto tendrá que ser forzosamente pactada por las fuerzas constitucionalistas, por esa mayoría amplia.