Alfonso Ussía

Sueldo

La Razón
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El sueldo público más alto de España tendría que ser el del presidente del Gobierno. Pero no. Casi un centenar de cargos oficiales cuentan con una nómina más generosa. Es cierto que muchos gastos del presidente del Gobierno no horadan sus bolsillos, pero lo mismo se puede decir del centenar de personajes públicos que superan su soldada. El presidente de la Generalidad de Cataluña no paga al sastre con su sueldo, porque se considera un gasto de representación. Tampoco paga al sastre el presidente del Gobierno, pero el primero gana el doble que el segundo. Ahora, el nuevo Wilfredo el Velloso –el «Pilós»–, el Muy Honorable Puchdamón, ha incrementado su percepción dineraria mensual en 8000 euros respecto a la de Mas, y dobla el sueldo del presidente del Gobierno. No es fácil ser presidente del Gobierno –que se lo digan a Sánchez–, y sólo hay uno, y resulta ridícula su remuneración oficial. Recuerdo una noche inolvidable, una cena organizada por Luis Del Olmo en honor de los Reyes en el restaurante «Casa Sixto» de la calle Cervantes. «Tip» padecía del encantamiento de «la Cenicienta». Si a las 12 de la noche no tomaba su última copa apoyado en la barra de «Casa Sixto» en la calle de Ortega y Gasset, su ilusión se desmoronaba. Se acercaba la hora y la cena no parecía tener fin. Luis Del Olmo le pidió a «Tip» que dedicara unas palabras a los Reyes, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, lo hizo en beneficio propio: «Majestad, ‘‘Majestada’’: Son las 11:47 de la noche. Estoy preocupado. A las 12 se cierra el Metro que va a La Zarzuela. Majestad, ‘‘Majestada’’, criaturas mías, ¿Cómo van a llegar a casa si el Metro se cierra y no encuentran un taxi? Porque el taxi lo voy a utilizar yo para que me lleve a «Sixto» en Ortega y Gasset. Si quieren, ustedes me dejan y siguen para La Zarzuela, pero les va a salir la carrera por un ojo de la cara. Majestad, ‘‘Majestada’’: Háganme caso, que es muy tarde y Luis Del Olmo tiene que madrugar». Y se levantó la sesión.

Los Reyes y los altos cargos no tienen que pagar el taxi ni el Metro. Y es lógico. La remuneración personal del Rey es muy inferior a la de muchos presidentes autonómicos. Hay un desbarajuste muy acusado en el baremo salarial de España. Entre lo que gana el Rey y lo que percibe la concejala analfabeta del Ayuntamiento de Madrid que retira las placas y los monumentos, apenas hay diferencia, y de haberla, sería a favor de la concejala obtusa. Dice Sánchez que sueña con una España Federal. España es ya Federal. Cada uno manda en su territorio y el Estado es un instrumento desafinado. Que el presidente de la Generalidad de Cataluña gane más del doble que el presidente del Gobierno de España supera el concepto de anécdota. Es una prueba más del barullo nacional.

El inolvidado Joaquín Garrigues Walker, que se marchó muy joven por culpa de una leucemia, fue ministro con Adolfo Suárez. Joaquín, por norma, no llevaba más de cien pesetas en la cartera. Siendo ministro llamó a su secretario. –Tengo una comida e invito yo. ¿Podrían prestarme de la caja 3000 pesetas?-. El secretario se las proporcionó y Joaquín se apresuró a firmar un recibo para devolver el dinero. –No tiene que firmar nada, señor ministro. En caja, y para sus gastos de representación hay mucho dinero-. Joaquín estaba asombrado y molesto. -¿ Y ese dinero, de quién es?-. –Está asignado a usted y es del ministerio de Hacienda-; -Pues que se devuelva inmediatamente al ministerio de Hacienda-. Y al día siguiente, el señor ministro llegó con 3000 pesetas, se las dio a su secretario, y se quedó tranquilo.

No albergo esperanzas que haga lo mismo Puchdamón. Y ahora que viene a cuento. ¿Qué pasa con los Pujol? ¿Alguna novedad? ¿Siguen todos en casa?