Alfonso Ussía

Tono y los daneses

La Razón
La RazónLa Razón

Antonio de Lara «Tono» fue un autodidacta genial. Gran amigo de Antonio Mingote, autor de teatro con Miguel Mihura, dibujante e inventor. Sus diálogos eran prodigiosos. El del padre orgulloso de su hija que se encuentra en la calle con un amigo. –Pues aquí donde la ves, mi hija pudo casarse con un duque-; -¿Y por qué no se casó?-; -porque no quiso el duque-. Tono inventó el mechero para fumadores olvidadizos que en plena calle se aperciben de que no llevan fuego para encender un cigarrillo. Un invento que hoy se prohibiría porque afecta directamente a los ciclistas. Un edificio de tres plantas. En la superior, el ciclista aguardaba la señal. En el calle, un agujerito en la pared del edificio con la siguiente indicación. “Introduzca el cigarrillo en el agujero y aspire”. Al entrar el cigarrillo en el agujero, se encendía una luz en la tercera planta, y el ciclista pedaleaba con fuerza su bicicleta estática. La energía que generaba se acumulaba en la planta segunda, y de ahí, descendía a la primera mediante cables en versión llama. La llama alcanzaba el agujero y el viandante fumador prendía su cigarrillo. Al hacerlo, la energía ascendía de retorno a la tercera planta y el ciclista fallecía electrocutado, achicharrado, sin vuelta de hoja.

Tono inventó la máquina eléctrica de afeitar-ventilador, y el abanico que espantaba a las avispas. El día de la demostración le picó una avispa, y decidió no desarrollar su invento. En «La Codorniz» se publicaban sus dibujos, sus diálogos y sus inventos, y como en España también hay gentes con mentalidades nórdicas, el del ciclista fue motivo de alguna carta de protesta. «Es indignante que para encender un cigarrillo tenga que fallecer electrocutado un ciclista», escribió una tonta.

Tono era un genio del humor, y los escandinavos, descendientes de los wikingos, tienen la ironía en muy bajo nivel. Asistí en un viaje a Islandia al concierto del Coro de Policías Municipales de Reijkiawik. El teatro, abarrotado. No compartí la emoción de las canciones islandesas por mi dificultad para entender las letras de sus baladas. Pero en la apoteosis final, al grito de «¡Ja!» del director, los componentes del coro procedían a ponerse firmes y dar dos palmadas perfectamente sincronizadas, lo que provocaba la hilaridad del público. Si algo hace reír a un islandés nada como dos palmadas al grito de «¡ja!». Realmente estremecedor.

El danés es un wikingo desnaturalizado si se compara con el islandés. Y han inventado el «abrazo al terrorista». Muy nórdico y escandinavo. Como el pobre Olof Palme cuando pidió ayuda económica para los etarras con una huchita por las calles de Estocolmo. No daba la hucha ni para chuches. Los daneses han superado, tomándoselo en serio, el invento de Tono. Abrazar al terrorista, manda huevos. Los terroristas de la Yihad están felices. Asesinar a un danés que huye es mucho más complicado que matar a un danés que abraza. Como ponerle las bolas de billar a Fernando VII para que hiciera carambolas. Los iletrados dicen que se las ponían a Felipe II, cuando en tiempos de Felipe II no se jugaba al billar en España.

La cursilería buenista de las izquierdas ha alcanzado su más alta cumbre. De cursilería y de estupidez. Ahora entiendo lo de las «miradas de amor a los islamistas» que impulsa Pablo Iglesias Turrión, que lleva el perdón al terrorista anclado en su alma, quizá por tradición familiar. Así que la bella y joven rubia danesa observa que un terrorista armado de un cuchillo se aproxima a ella. El terrorista, al principio, no entiende lo que pasa, y se detiene confuso. Ella no se mueve y sonríe. El asesino grita algo de Alá, y la danesa amplía la dimensión de su sonrisa mientras abre los brazos para estrujar entre ellos al criminal. Al fin, el criminal comprende que tiene ante sí a una majadera, supera su confusión, llega hasta ella, ella le abraza y él le hunde el cuchillo hasta los cotubillos. Sinceramente, y aunque sea un invento danés, se me antoja una estupidez de las gordas.

Como no tardan en viajar las modas, en poco tiempo se manifestarán en España entre banderas republicanas –aquí se aprovecha todo-, centenares de tontos con el mensaje pancartero de «abrazar a los terroristas». Ardo en deseos de que se publique la convocatoria. Les adelanto quienes conllevarán la pancarta principal desde Sol hasta el Ayuntamiento de Madrid. Iglesias, la novia, Garzón, Mayor Zaragoza, Ada Colau, Anna Gabriel, Rufián, Verstrynge, Kichi, y... Pedro Sánchez.

Como que dos y dos son cuatro.