José María Marco

Tres banderas

La Razón
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La bandera tricolor forma parte de las tradiciones de nuestro país al mismo título que cualquier otra. No tiene sin embargo el mismo significado que la bandera nacional rojigualda, con el escudo de la Corona. Esta última simboliza al mismo tiempo la nación política constitucional y la nación histórica, y es un ejemplo no demasiado común de un símbolo político sin significado ideológico. Desde este punto de vista, expresa bien la naturaleza de nuestro país, que teniendo una dimensión política irrenunciable –la Monarquía parlamentaria– incorpora con naturalidad dimensiones que van más allá de la esfera política y que atañen a otros órdenes de la vida. Además de muchas otras cosas, constituye un testimonio fehaciente de la fortaleza de la nación a lo largo de la historia.

La bandera republicana no ha tenido una existencia tan brillante. Imaginada en la Revolución de 1868, no llegó a ser bandera oficial hasta 1931. La franja morada recordaba la sublevación de los comuneros, símbolo del nacionalismo castellano o español. Es por tanto una bandera nacionalista, con todo lo que eso significa de exclusión y de negación del Otro, ya sea adversario político o simplemente diferente, por cualquier causa. Si la República no hubiera derivado en un enfrentamiento bélico, podría haber cobrado otro significado, claro está. No ocurrió así y la bandera republicana expresa la voluntad de acabar con el régimen liberal, con quienes no comparten nuestras ideas y nuestro modo de vida. Cuando se enarbola la bandera republicana ni siquiera se está hablando de un cambio de régimen: se está hablando de un movimiento revolucionario que instaure de una vez por todas la unanimidad. La bandera tricolor republicana sigue teniendo, por tanto, un significado político preciso. También lo tiene, por otro lado, la bandera vigente durante la dictadura de Franco, la rojigualda con el escudo del régimen. De hecho, el significado político de la tricolor está mucho más próximo al de la dictadura que al de la bandera nacional cons- titucional, que nos representa a todos, fuera de cualquier identificación de la nación con un partido o una ideología. Las dos banderas, la tricolor republicana y la de la dictadura, merecen nuestro reconocimiento respetuoso por haber sido durante algunos años el símbolo de España. Valen por el significado que niegan y cuya generosidad desprecian. La lealtad y las emociones que una bandera nacional suscita están reservadas, sin embargo, a la constitucional.