Real Madrid

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«Triplete», la bicha

La Razón
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Llegan los éxitos, la subida de la espuma, la cresta de la ola, la dulce efervescencia, las eufóricas burbujas y la visión del «triplete», que en la RAE no tiene nada que ver con esa antología del fútbol. Ha sido mencionarlo y el blanco castillo de naipes ha sufrido un movimiento telúrico, sin derrumbarse aún. Mientras hay partidos, hay esperanza.

El triplete de la RAE es una «secuencia de tres nucleótidos en un ácido nucleico...», o «el conjunto de tres líneas espectrales muy próximas». Ni rastro de Liga, Copa y Champions. Algunos desconsiderados mentaron la bicha y entre el Sevilla y el Celta han desmontado la hipérbole que seguramente no derivará en espectro. Cuarenta encuentros invicto es un hito; dos derrotas seguidas no es un cataclismo.

Pero conviene no descuidarse. Zidane, que prefirió pasar de puntillas por el «triplete» –no es de celebraciones prematuras ni de sacar pecho–, asume que algo ha fallado; alude a la falta de intensidad, subrayada por varios errores de concentración y un desplome en los minutos postreros en ambos encuentros que causaron sendas derrotas. El Madrid tenía que perder algún día. Se asume. Lo difícil es digerir que los dos traspiés han sido consecutivos. Porque es ahí donde los fantasmas, o los espectros, se manifiestan. Cristiano ya no parece «The Best» ni Sergio Ramos el bálsamo fierabrás sino todo lo contrario, un rancio ungüento sin propiedades curativas. Hay nostalgia de Bale, honda preocupación por la lesión de Carvajal y un mosqueo general porque las dos alternativas de los laterales indiscutibles no dan la talla. Danilo y Coentrao no son acicates sino rémoras.

La mejor plantilla de la Liga, y probablemente del mundo, colisiona con los fantasmas; de Zidane, el entrenador del récord, depende erradicarlos. Ni flores ni duendes, fútbol.