Irene Villa

Un mar de capacidades

La Razón
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La esperanza es poder. Por ello nuestra fundación, además de promover otros pilares fundamentales como el amor, la normalización y la alegría, contagia esperanza a otras fundaciones y a la sociedad en general. Creo que precisamente la esperanza (que tanta paciencia requiere) es la principal virtud que diferencia la actitud de unos de la de otros. La actitud positiva, alegre y generosa es sin duda la más productiva y gratificante. Un año más el Club Náutico El Arenal ha albergado «Un mar de capacidades» que derivó en un mar de emociones que jamás olvidaremos. En Mallorca, y gracias al patrocinio de Air Europa, Autovidal, Kia, Fundación Quirón salud y muchos más colaboradores, niños con distintas capacidades han practicado todo tipo de deportes náuticos, porque el deporte forma parte de la vida. Es muy especial ver a los niños «extraordinarios» como les llamamos, haciendo todo tipo de actividades acuáticas y su enorme ilusión al ser premiados por ello. También el cariño de la gente volcándose un año más, incluso antes de conocernos, ha significado una confianza que valoramos y agradecemos muchísimo. Lo bueno es que lo que todos necesitamos, lo tenemos en nuestro interior, y está en esa capacidad de no rendirnos y de no ver barreras jamás. Sin embargo aún han de eliminarse por completo las barreras arquitectónicas y sobre todo las barreras mentales de muchas personas que todavía no nos ven capaces para integrarnos por ejemplo en una plantilla laboral. Y es que tanto el deporte como el trabajo son los dos grandes pilares donde asentar una verdadera normalización de colectivos menos favorecidos. Este año los beneficios, además de financiar proyectos de inclusión, van destinados a la ONG Ayuda al Chad, cuyo principal objetivo es mantener el hospital que tiene allí para atender a su población, sobre todo niños. Acaban de enviar un contenedor con muchas medicinas y material médico y quirúrgico, y hace poco se quemó una parte. Y es que siempre hay un mar de capacidades que poner al servicio de un océano de cosas por hacer.