Angel del Río

Una colilla, un voto

La Razón
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Un año de pena, con ocurrencias Carmena. Para celebrar el primer aniversario de su exaltación a la alcaldía de Madrid, doña Manuela nos obsequió ayer con una variada selección de su última cosecha de ocurrencias municipales. Primero, hizo un balance positivo de su gestión, como si quisiera mostrar la buena suerte que los madrileños hemos tenido, como la tuvimos con “Doña Manolita”, cuando estableció administración de lotería y desde entonces reparte suerte, aunque de doña Manolita a doña Manuela hay un buen trecho. Entre las perlas de ayer: instalación de urnas-papeleras, para que los ciudadanos puedan fumar y votar. Una colilla, un voto. Con ello pretende fomentar la participación, y lo único que incentiva es el hábito al tabaco. Otra, la venta de botellas vacías con un lema inscrito: «Bebe agua de Madrid».

Huertos urbanos en las terrazas de los edificios. Durante la década de los 60 se produjo el gran éxodo desde las zonas rurales a Madrid. Cientos de miles de familias, abandonaron el campo para buscar el futuro en el cemento urbano. Ahora se produce el segundo éxodo, del campo real a las terrazas de la ciudad. Carmena contó la existencia de un huerto en una terraza del Ayuntamiento, donde los concejales han recogido ya acelgas. Seguro que aprovechan para sembrar votos con semillas de populismo; lo regarán con agua de borrajas y harán recolección en época electoral.

Convertir en peatonal la galería de Cristal del Ayuntamiento. Asunto delicado que requeriría de un cierto despliegue de seguridad, por ser punto de alto riesgo; además, se ajardinaría con palmeras, que es planta muy autóctona de Madrid. Palmeras en la nieve.

Gran variedad de ocurrencias para festejar el primer año de gobierno y doce meses de postureo, pero ni una sola idea sobre lo que quieren que sea el Madrid del futuro y la mejora de la calidad de vida de sus vecinos. Ocurrencias en vena nos inocula Carmena.