César Lumbreras

Vísperas galas

La Razón
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Mañana toca segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Francia. Los votantes deberán elegir entre Macron y Le Pen. Sin embargo, suceda lo que suceda, hay un hecho que está pasando muy desapercibido, a pesar de su importancia. Se trata del reparto de los sufragios en la primera vuelta: si se suman los votos cosechados por el Frente Nacional, más los de Mélenchon y otro 8 por ciento aproximadamente que tuvieron una serie de grupos menores, que también pueden calificarse de populistas y antisistema, nos encontramos con que el resultado final llega casi al 50 por ciento. La otra mitad fue para los partidos políticos nuevos o tradicionales, pero que se pueden considerar dentro del sistema y que defienden, por ejemplo, la pertenencia a la UE: son la derecha de Fillon, el centro de Macron y los socialistas de Hamon. Esa subida de los populistas y antisistema es para preocupar, insisto, al margen de lo que suceda mañana. Por otro lado, en la primera vuelta las encuestas y sondeos previos clavaron prácticamente los resultados, cosa que no ha sucedido en Estados Unidos con Trump o en el referéndum sobre el Brexit. En el caso de que los encuestadores galos acierten otra vez, nos encontraríamos con una victoria clara de Macron, el candidato novedad, que lleva delantera a Marine Le Pen. Sin embargo, con las cosas tan raras que están sucediendo, y no me refiero solo a lo de Rusia, cualquiera sabe. Un triunfo del primero sería una cura balsámica para los de Bruselas y el resto de las capitales de la UE. Por el contrario, si gana Le Pen, puede pasar de todo, comenzando por el «Frexit». En este último supuesto la UE se encontraría frente a una situación muy grave, aunque habría que esperar todavía un mes a que nuestros vecinos del norte acudan por tercera vez a las urnas para elegir a sus diputados y senadores. Ahí Macron y su movimiento se pueden encontrar con un grave problema porque no tienen estructura ni prácticamente candidatos, frente a la implantación de los partidos tradicionales. Las espadas siguen en alto.