Irene Villa

Y hasta lo justifican

La Razón
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Como muchos sabéis, jamás entro al trapo en disputas, enfrentamientos, alusiones hirientes, chistes de mal gusto o barbaridades varias. Pero me duele el alma que se utilice el dolor de las víctimas del terrorismo. Sigo consternada por ese profundo sufrimiento que generan quienes se creen llamados a generar sentido de pertenencia, fundamentalismo o nacionalismo haciendo estallar las justificaciones de los más despiadados actos.Me siento desencantada por reacciones mezquinas e interesadas. Que un ataque sirva para dividirnos y desvelar nuestras miserias, prejuicios y odios, aviva también esa brecha que grandes políticos años atrás consiguieron cicatrizar y que negligentes políticos más recientes han conseguido hacerla sangrar. Cuando más se habla de diversidad, más radicalización y enfrentamiento veo. Me pareció terrible que por ejemplo se juzgase a los cuerpos de seguridad que actuaron valientemente, cuando sabemos que todos ellos han protegido miles de vidas. ¿Cómo prever que un «joven estudioso que jamás se metió en problemas» cometiera tal atropello? Tampoco entiendo que haya quien arremeta con la comunidad musulmana, a quienes en absoluto los yihadistas representan. Además despertó mi repulsa que los insultos y rabias fueran dirigidas a periodistas que alzaron su voz por una España libre y democrática, en lugar de ir hacia los responsables del mayor daño posible atacando las zonas de mayor concentración turística para que las pérdidas viajen a otros países y el dolor se universalice, o al peligro de los reclutamientos yihadistas en nuestro país. Y duele que líderes políticos españoles justifiquen los ataques por la guerra de Irak, por ejemplo, cuando los terroristas son así de claros: «Queremos venganza por la sangre derramada de los musulmanes en la Inquisición española» o «nuestra guerra durará hasta el fin del mundo». Las guerras, terroríficas, dantescas y deplorables, no tienen nada que ver con el terrorismo. Todo acto terrorista ha de considerarse crimen de lesa humanidad. Y por supuesto, unirnos. Y con tremenda pena veo que lo utilizan y hasta lo justifican.