El desafío independentista

El voto útil no es suficiente

La Razón
La RazónLa Razón

La encuesta de «NC Report» sobre la intención de voto de los electores catalanes, que hoy publica LA RAZÓN, dibuja una Cataluña ingobernable, sin mayorías parlamentarias determinantes y con unos partidos separatistas que resisten bien pese al fiasco del proceso secesionista, aunque pierden la mayoría absoluta de los escaños de la Cámara. Por voto popular, los constitucionalistas superan a los nacionalistas y se mantiene la tendencia de anteriores sondeos sobre la mayor incidencia que tendrá en ambos sectores el llamado «voto útil», que perjudica principalmente a las CUP y al Partido Popular, pero también a Podemos. La encuesta pronostica una participación muy similar a la registrada en las últimas elecciones autonómicas de septiembre de 2015 –el 75,1 por ciento de los consultados aseguran que irán a votar–, que si bien es una de las más altas de la serie histórica, queda lejos de las expectativas de los partidos constitucionalistas, que necesitarían movilizar a un 5 por ciento más del electorado no nacionalista, para conseguir, al menos, 1.900.000 votos, que es la media de sufragios que han obtenido estas formaciones en las últimas cuatro elecciones generales. Como es notorio, el análisis de los datos que proporcionan las encuestas está muy condicionado por la falta de una posición ideológica previsible, –siquiera, inteligible– por parte de la facción local de Podemos ante el principal desafío planteado por estas elecciones autonómicas. Así lo entienden muchos de los antiguos votantes de la formación populista que, de acuerdo al sondeo, resulta ser el segundo partido con menor fidelidad de votos, tras las CUP. Sólo el 54,9 por ciento de quienes votaron a CSQP en las anteriores elecciones lo harán ahora por la coalición que encabeza Xavier Domenech. Un 20,4 por ciento de sus sufragios irán al Partido Socialista de Cataluña y un 10,1 por ciento recalará en ERC. Aun así, el sondeo atribuye 9 escaños a los podemitas, suficientes para condicionar una mayoría de Gobierno en clave nacionalista. El comportamiento del resto de los partidos viene dado, como señalábamos al principio, por el llamado «voto útil», que se ha instalado con fuerza en el imaginario colectivo de los electores. En el campo separatista, favorece más a ERC, que recibiría el 21 por ciento de los votantes que pierden las CUP
–partido que se desangra también por la abstención–, además de los que provienen de Podemos, lo que convertiría a los republicanos en el partido más votado, con un 22,4 por ciento de los sufragios y 34 escaños. La antigua Convergencia obtendría un 16 por ciento de los sufragios, con 25 escaños. Aunque el partido que lidera Carles Puigdemont mejora mucho con respecto a encuestas anteriores, que llegaron a atribuirle poco más de un 10 por ciento de los votos, no parece que pueda superar a sus antiguos socios. Por lo que respecta al campo constitucionalista, el «voto útil» perjudica en mayor manera al Partido Popular, –pese a que es la única formación que no pondría vetos cruzados ante la formación de un Gobierno de la Generalitat no nacionalista, que devolviera la institucionalidad a Cataluña– y favorece a Ciudadanos. De hecho, según el sondeo, la candidatura de Inés Arrimadas se vería favorecida con casi un tercio de los sufragios que optaron por el PP en las últimas elecciones, además de los que recibiría del PSC –un 14,5 por ciento–, insuficientes en cualquier caso para superar a ERC. Ciudadanos sería el segundo partido más votado con el 21,8 por ciento de los votos y 31 escaños. Por último, el PSC compensa los sufragios que transfiere a Cs con lo que recibe de Podemos hasta obtener el 15,9 por ciento de los votos y 21 escaños.