Es necesaria más seguridad para los ciclistas

Tenemos un serio problema con la seguridad de los ciclistas en nuestras carreteras. Los siniestros son una constante, aunque con especial incidencia los fines de semana. Muchos no saltan a los medios por ser menos graves, pero existen. Casi una semana después de que una conductora, que dio positivo en el control de alcohol y drogas, arrollara en Oliva (Valencia) a lo seis miembros de un grupo ciclista, de los que tres fallecieron, ayer mismo otra mujer, que cuadruplicaba la tasa de alcohol permitida, atropelló en Riudoms (Tarragona) a otros seis ciclistas, uno de los cuales sufrió heridas graves. Es cierto que hay una positiva implicación de las administraciones en la seguridad vial, que disponemos de mejores infraestructuras y que no se han dejado de lado las campañas de educación. Pero la realidad se impone con crudeza y nos demuestra que lo realizado no es suficiente, que estamos lejos de lo tolerable, y que el factor humano es impredecible y, en demasiadas ocasiones, incontrolable. Los gobernantes están obligados a dar respuestas, aunque no sea sencillo. Habría que revisar y analizar hasta qué punto un número no desdeñable de carreteras están preparadas para que las dos ruedas y los vehículos a motor las compartan. También hay suficiente margen de mejora en el trabajo de concienciación y formación de los conductores y, aunque menos, de los ciclistas. Es la clave. Porque, más que normas y sanciones, que disponemos de las suficientes, que las carreteras sean más seguras para todos depende de quienes circulamos por ellas, de entender los límites y del respeto al resto de los usuarios.