Víctimas del Terrorismo

ETA quiere rematar a las víctimas

La Razón
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Oír a los «artesanos de la paz», ese grupo que dice formar parte de la sociedad civil impulsora del desarme de ETA, que en la lucha contra el terrorismo no debe haber «ni vencedores, ni vencidos» es volver a la dialéctica perversa que quiere hacernos creer que la causa de los que mataban era la misma que la de los que morían. Mas de cuarenta años de terrorismo y de silencio cómplice –también la de ese nuevo gremio de pacifistas– ha dejado sin duda huella en los que ahora quieren cerrar como sea un capítulo abominable del nacionalismo vasco, pero la memoria de las víctimas no se puede borrar, ni se debe. ETA fue derrotada por un Estado democrático al que quiso destruir; ETA fue liquidada por los demócratas que en el País Vasco plantaron cara a una dictadura del terror implacable; la causa de ETA, por último, era crear un país totalitario y tan euskaldún como xenófobo. Ésa ha sido su herencia. Hablar, por lo tanto, de que víctimas y verdugos deben olvidar los más de ochocientos muertos, la extorsión permanente y el acoso a los que estaban fuera del mundo abertzale es un mal diagnóstico de lo que ha pasado. Los terroristas y los «artesanos de la paz» deben entender que una democracia no puede ceder jamás a la fuerza de la violencia. Ahora sólo cabe el perdón por el daño causado y la investigación de los asesinatos todavía no esclarecidos. Sólo así la democracia será generosa.