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La Intifada palestina es gasolina para el fuego

La Razón
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El movimiento islamista Hamas convocó para hoy el comienzo de lo que será la tercera Intifada palestina bautizada como la de la «liberación de Jerusalén» en respuesta a la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a la ciudad santa como capital de Israel y trasladar la embajada de Washington hasta allí. Con toda probabilidad, la jornada y las que le seguirán será negras y dramáticas en los territorios de Gaza y Cisjordania. Con los precedentes de las anteriores revueltas palestinas, que la violencia se dispare de nuevo con el sufrimiento consiguiente debe darse como un hecho. Que la reacción de los palestinos se reduzca a agitar la lucha en las calles y a poner en riesgo las vidas de tantos inocentes es una gravísima responsabilidad, que en este caso es atribuible a Hamas con la complicidad de una forma u otra de la Autoridad Nacional Palestina. Alentar el enfrentamiento y la ira no proporcionará una solución para el conflicto y sí, en cambio, mucho dolor. Pero Hamas parece sentirse más cómodo en esos terrenos que en los de la paz y el entendimiento. Quien sabe si la organización islamista no pretende aprovechar la crisis para desdecirse del acuerdo de reconciliación con Mahmud Abbas para la reunificación de Gaza y Cisjordania. Tras tantos años de conflicto, es una realidad que una solución factible y segura para la región sólo podrá llegar como el fruto de una negociación entre las partes con respeto a las resoluciones de las Naciones Unidas y la legalidad internacional.