Elecciones Generales 2016

Las urnas castigarían a Sánchez y Rivera por su acción de bloqueo

La Razón
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El sondeo de NC Report sobre intención de voto que hoy publica LA RAZÓN arroja un resultado muy significativo, sobre todo si tenemos en cuenta que apenas ha transcurrido un mes desde la última convocatoria a las urnas. Según el estudio, el Partido Popular es la única formación que incrementaría sus resultados de celebrarse hoy las elecciones, con un porcentaje del 34,1 por ciento de los sufragios y entre cinco y siete escaños más. El resto de los partidos en liza se estancan o descienden ligeramente, como es el caso del PSOE y de Unidos Podemos, que podrían perder dos escaños cada uno. La encuesta coincide en líneas generales con otros estudios de opinión, que constatan la existencia de una holgada mayoría de ciudadanos contrarios a la hipótesis de una nueva repetición de las elecciones generales y que exigen a Albert Rivera y a Pedro Sánchez que no obstaculicen la formación de gobierno. De hecho, nuestra encuesta detecta un sensible aumento de la abstención –que sería de 5,1 puntos más alta que la del 26J– pero este descenso de la participación, aunque incide de manera general en todas las formaciones, afecta en mucha mayor medida al partido de Ciudadanos, que perdería por esta vía un 12,1 por ciento de sus anteriores votantes, frente al 6,5 por ciento de Unidos Podemos, el 8,3 por ciento del PP y el 9,6 por ciento del PSOE. Asimismo, el partido que lidera Albert Rivera cedería el 9,5 por ciento de sus votos actuales al Partido Popular, lo que supone la nada despreciable cantidad de 298.000 sufragios. Sin embargo, gracias a la menor participación prevista, Ciudadanos mantendría sus actuales 32 escaños que, unidos a los 144 que podría alcanzar el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, sumarían una clara mayoría absoluta constitucionalista y no nacionalista. Por su parte, el PSOE se ve ciertamente perjudicado por la abstención, pero también por el trasvase de votantes a Podemos, a Ciudadanos y al PP, trasvase que se verificaría prácticamente a partes iguales. Ante esta hipótesis –que, insistimos, se produce a sólo un mes de las últimas elecciones, cuando más sólidamente permanece el recuerdo de voto– la primera y principal conclusión es que, enfrentados a un adelanto electoral, los españoles castigarían en mayor medida a los dos partidos que tienen en su mano levantar el bloqueo político. La segunda conclusión es que la opción de Mariano Rajoy mejora sensiblemente, gracias a que sus seguidores mantienen el mayor índice de fidelidad de entre todos los partidos (el 89,6 por ciento volvería a votar PP) y a que recuperaría parte del voto cedido a Ciudadanos, con lo que su ventaja podría aumentar hasta volverse decisiva si fuese necesario convocar nuevas elecciones. En definitiva, nos hallamos ante un escenario que, aunque esperado, debería llevar a la reflexión a los líderes del PSOE y de Ciudadanos. Los españoles no sólo rechazan la opción de una nueva convocatoria electoral –como se deduce fácilmente del notable incremento de la abstención declarada–, sino que castigarían especialmente a las dos formaciones que, en opinión mayoritaria, encarnan el actual bloqueo político. La única respuesta lógica y razonable de Sánchez y Rivera es la que se demanda desde amplios sectores sociales: un gobierno estable que permita sostener la senda del crecimiento y afronte los problemas que aún persisten.