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Podemos, en defensa de Maduro

La crisis política abierta en Venezuela a raíz de la represión contra la oposición y la violación de los derechos humanos está teniendo consecuencias internacionales. La deriva tomada por el régimen chavista es un foco de inestabilidad para la región y los intereses de la comunidad democrática. Si la Casa Blanca ha anunciado sanciones contra el Gobierno de Maduro, ayer fue la Eurocámara quien ha exigido la libertad de los presos políticos en Venezuela, que se ponga fin a la persecución contra la oposición y, entre otras medidas que supongan la restitución de las libertades públicas, que se acabe con la censura en los medios de comunicación. La resolución aprobada por la cámara de Estrasburgo supone la liberación del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, y de los dirigentes opositores Leopoldo López y Daniel Ceballos. Ha salido adelante con el apoyo de 384 votos a favor de los diputados de los grupos populares, socialdemócratas, conservadores y reformistas y liberales. La medida obtuvo 45 abstenciones y 75 votos negativos, entre los que se cuentan los miembros del grupo de la Izquierda Unitaria (GUE/NGL), donde están inscritos los españoles de IU, ERC, Compromís y Podemos. Este último partido volvió a cerrar filas a favor de un régimen que está cercenando los derechos democráticos de los venezolanos. Esta postura no es nueva. Es más, es conocida la dependencia ideológica del grupo de Pablo Iglesias del régimen de Hugo Chávez, incluso hay documentos que así lo atestiguan, y ninguno de los excesos del líder bolivariano contra los libertades públicas les ha llevado a la menor crítica. Hay otras dependencias contables, como los informes encargados a Juan Carlos Monedero y tan generosamente remunerados, que lo demuestran y que él todavía no ha conseguido justificar. Es imposible que Podemos quiera situarse en el centro del tablero político español, como pretenden, sin clarificar estos vínculos y, sobre todo, sin tener el coraje democrático de criticar las injusticias de un régimen que ha detenido a los líderes de la oposición sin ni siquiera haber sido juzgados. La vitola de partido justiciero y regenerador se nos antoja una pura máscara para conseguir el favor del electorado mejor intencionado. Pero, como decíamos, pesa más su dependencia de un régimen para el que los dirigentes de Podemos han trabajado como asesores. Basta leer la entrevista que publicamos hoy en LA RAZÓN con Mitzy Capriles, esposa de Antonio Ledezma, el alcalde de Caracas detenido acusado de todas las conspiraciones contra el régimen chavista, para comprender que estamos ante un sistema antidemocrático. Salir en su defensa, como ayer hizo Podemos en Estrasburgo, sólo muestra el lado más oscuro de un partido que quiere conseguir el poder a toda costa, aunque sea apoyando a un régimen contrario a los principios democráticos.