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Siria desmonta el pacifismo de Corbyn

La Razón
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El actual líder laborista, Jeremy Corbyn, va a tener que revisar su tradicional posición no intervencionista y adaptarla a la complicada situación abierta tras los atentados de París del pasado «viernes negro». El primer ministro, David Cameron, ha buscado apoyos en la Cámara de los Comunes para su plan de bombardear las bases de Estado Islámico en Siria, y sumarse así a la alianza con Francia y Rusia, y ha encontrado el voto a favor de la mayoría de diputados laboristas, aunque no con el de Corbyn, algo que le pone en una situación incómoda dentro de su propio partido, ya que supondría desligitimarlo en un tema capital. Cameron esgrimió como argumento que Reino Unido está también en riesgo y debe defenderse y que en estos momentos le corresponde estar al lado de los aliados, como históricamente ha hecho siempre. Ante todo, rige el principio de proteger la soberanía de los estados libres. Ésta es una lección que deberían tener en cuenta algunos izquierdistas que creen que la imparcialidad es la mejor defensa de la paz, cuando en realidad es una manera éticamente repudiable de no tomar partido. Todo hace pensar que Corbyn deberá corregir su posición, porque un «no» a la intervención británica sólo servirá como publicidad para el yihadismo.