Un premio que debe reunir a los demócratas

La oposición venezolana recibió ayer el premio Sajarov a la libertad de conciencia, que concede anualmente el Parlamento Europeo. El galardón llega en un momento difícil para Venezuela, sumida en una grave crisis económica , social y política, bajo el gobierno dictatorial de Nicolás Maduro, pero, también, para los 18 partidos opositores, coaligados en la llamada Mesa para la Unidad Democrática, cuyas divisiones internas ante la estrategia a seguir para hacer frente a la dictadura chavista, ha sido aprovechada por el régimen para recuperar el aliento y reforzarse. Aunque es comprensible que afloren las diferencias entre unas formaciones que representan a prácticamente todo el espectro ideológico, desde la izquierda socialista hasta la derecha conservadora, y que han sido castigadas por la extrema violencia y la más absoluta arbitrariedad empleada por un Gobierno que se negó a aceptar su abrumadora derrota en las últimas elecciones parlamentarias y que ha creado una realidad legislativa paralela, sólo una vuelta a la unidad de acción sin fisuras, por encima de personalismos, conseguirá que la libertad de conciencia y el ejercicio de los derechos humanos regresen a la martirizada Venezuela. El premio del Parlamento Europeo, a cuya concesión se opusieron los eurodiputados comunistas, debe convertirse en un acicate para todos los demócratas venezolanos.