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«Venezuela Connection»

La Razón
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La deriva totalitaria del Gobierno venezolano de Maduro es la respuesta esperada de un régimen cuyos desmanes quedarían expuestos en un sistema de libertades, lo que acarrearía consecuencias inevitables para sus responsables. Los jerarcas chavistas prefieren el resguardo de la opacidad y del control absoluto de los resortes del poder que garantiza un Gobierno represor y liberticida. Pese a ser uno de los territorios con mayores riquezas naturales de Iberoamérica, Venezuela es hoy un país asfixiado. La crisis es tal que Maduro ha decidido dejar de publicar los datos sobre su economía después de que se conociera que el PIB venezolano cerrará 2015 con una caída del 7% y con la inflación en el 97%. Hablamos de una nación socavada por los manejos del chavismo, que sólo han servido para alumbrar una casta que estruja el país en su beneficio. Aunque se ha trabajado internacionalmente desde hace años para desentrañar los vínculos delictivos de los bolivarianos, fue hace unos meses, con el deterioro acelerado de la situación política, social y, sobre todo, económica, cuando los rumores se convirtieron en pruebas acumuladas contra Caracas. Hoy, la Justicia de Estados Unidos investiga al número dos del régimen chavista, Diosdado Cabello, como jefe del «cártel» instalado en la médula chavista dedicado al narcotráfico y al blanqueo. Tanto la Agencia Estadounidense Antidrogas (DEA) como las fiscalías federales en Nueva York y Miami creen que Venezuela es un punto de partida de los envíos de cocaína a EE UU y Europa y que la red dirigida por Cabello incluye a altos funcionarios y militares venezolanos. Parte de ese escenario criminal fue la utilización de la Banca Privada de Andorra por parte de ciertos nombres de la nomenclatura bolivariana para blanquear dinero en el Principado producto de operaciones sospechosas, según la propia Policía andorrana. Caracas expidió pasaportes diplomáticos y utilizó la valija para las transferencias millonarias en metálico. La iniquidad del chavismo se plasma en la secuencia de sus actos y en las consecuencias de los mismos. Es el relato de la crueldad con los opositores, de la miseria para la gente de a pie, de la criminalidad desbocada y de la Justicia arbitraria, pero también el de una casta de desalmados que sacan provecho de su poder y del delito. Para la izquierda española que representan Podemos e Izquierda Unida, Venezuela y la revolución bolivariana han sido y son un referente. Sus fuertes vínculos políticos y económicos con ese sucio círculo que representa Maduro, Cabello y compañía es algo que tendrán que explicar y que supone una mancha no pequeña. Venezuela necesita justicia y libertad. El chavismo lo impide. Será labor de la oposición, con el aliento internacional preciso, intentar que la democracia se imponga y que los culpables paguen por sus crímenes y devuelvan lo estafado.