Política

Un parte de campaña

Atracada la fragata de mi mando por estribor al muelle suroeste de la Unión Europea (UE) el 20.11.2011, recibo orden de V.E. (lo dicho, la mayoría cualificada del pueblo) de hacerme a la mar para lograr una mayor prosperidad y libertades cívicas para los españoles

La Razón
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Estando el buque de mi mando (buque y comandante hablarán con una única voz, son una misma entidad) atracado al muelle nº 5 del Arsenal Militar de El Ferrol, recibí orden de V.E. (abreviatura de Vuestra Excelencia, título sin duda merecido –por su valía y quizás también con algo de suerte– que ostenta el almirante al mando) de salir a la mar y......

Así comienzan desde mediados del siglo XIX los partes de campaña con los que los comandantes de los buques de la Armada española rinden cuentas de cómo han ejecutado una orden para una operación real, realizar ejercicios o simplemente trasladarse a otro puerto. No contienen solo la palabra del comandante, sino que también tiene que ser fehacientes, demostrando que es verdad lo dicho, al incluir copia o transcripción de los documentos registro de navegación, comunicaciones y acaecimientos con valor notarial y cuya alteración fraudulenta constituye delito.

Se cumplen el próximo lunes los 150 años del bombardeo de la plaza fortificada –con 90 cañones– del Callao (Perú) por nuestra escuadra del Pacífico mandada por D. Casto Méndez Núñez con su insignia en la «Numancia», demostrando así que España prefería honra que barcos. Hechos de abnegación y valor relatados siete días después por el brigadier Méndez Nuñez –y tras caer herido, por su segundo, el Mayor General de la Escuadra– en el correspondiente parte de campaña. Como otros tantos de nuestra historia.

Imaginemos ahora –solo por un momento– que el presidente del Gobierno, el Sr. Rajoy, tuviera que redactar el correspondiente parte de campaña sobre cómo ha conducido la fragata «España» durante estos últimos años. En mi analogía lo primero que habría que determinar es quién es el mando ante el que rinde cuentas. Tendría que ser éste el titular de la soberanía nacional –el pueblo español– materializado por algunos millones de votantes anónimos que con una papeleta en la mano eligen a unos políticos de unos partidos con unos programas que casi nadie ha leído. Aquí se vota por intuición, por simpatía o con ánimo de castigo, pero lo que se dice racionalmente, poco.

Veamos pues cómo podría ser este hipotético parte de campaña:

Atracada la fragata de mi mando por estribor al muelle suroeste de la Unión Europea (UE) el 20.11.2011 recibo orden de V.E. (lo dicho, la mayoría cualificada del pueblo) de hacerme a la mar para lograr una mayor prosperidad y libertades cívicas para los españoles. Tras salir de puerto encuentro que la tormenta económica reinante era de una profundidad más seria que la prevista, debido tanto a la tergiversación de datos domésticos previos como a la complejidad de la crisis mundial.

Como sobradamente conoce V.E., la mayoría de los recursos económicos de los que dependemos residen o proceden de la UE. Asimismo, que nos encontramos endeudados sustancialmente –por la carencia endémica de capitales– tanto a nivel estatal como particular, lo cual solo es soportable si los prestamistas –que imponen despiadadamente su criterio en la UE– piensan que seremos capaces de devolverles los créditos adelantados. Pues bien, la situación heredada que tuve que afrontar inicialmente era de general desconfianza tanto de las instituciones europeas como de las económicas internacionales sobre dicha capacidad de devolución. Estábamos ciertamente abocados a ser intervenidos, lo que traería consigo unas reglas impuestas que iban a trasladar los sacrificios económicos directamente a V.E. Tras maniobrar en condiciones difíciles conseguí que solo fuera intervenido la mitad del sector bancario español –las denominadas Cajas de Ahorro– que se encontraban en una situación desesperada, habiendo perdido su modélico carácter inicial de inspiradoras del crédito a los segmentos más humildes. Pongo ante su consideración la responsabilidad de los variopintos sectores políticos y sindicales que han utilizado estas cajas para sus fines partidistas y su enriquecimiento personal.

Tras capear este temporal económico –estimo que básicamente con éxito– soy alcanzado sucesivamente por otras dos fuertes depresiones. Una causada por el separatismo catalán y la otra, por la pérdida de confianza de V.E. en la representatividad de los políticos que ha tenido a bien elegir.

Es sobradamente conocido que hay un rescoldo histórico en ciertos sectores de la población catalana que cree que la unión con el resto de la fragata no les es beneficiosa. Estando inmersa la totalidad de la flota europea en un proceso de consolidación, reconozco que minusvaloré inicialmente estas brasas aventadas por una cierta clase política y burguesa catalana a la que pronto se unieron elementos antisistema/anar-quistas procedentes de la otra tormenta: la pérdida de prestigio y representatividad de los políticos tradicionales. Posteriormente, intenté reaccionar con más energía ante este movimiento separatista que distorsiona nuestra común historia y va contra la tendencia unitaria –para poder ser relevante en la globalización– del continente europeo.

En cuanto a la última depresión a la que he hecho referencia –que es la que más he sufrido personalmente– solo señalar que la corrupción política –su causa principal– está en vías de solución, como se deduce por la multitud de procesos judiciales en curso correspondientes a corruptelas de épocas anteriores. Sin embargo, admito que V.E. no lo vea así debido a las reiteradas limitaciones de comunicación social que vengo sufriendo.

Como resumen de estas algo más de 1.500 singladuras estimo conseguidos los siguientes resultados: objetivos económicos, al 80%; mantenimiento de la cohesión territorial y social, 50%; recuperación del prestigio y representatividad de los órganos políticos, 30%.

Queda el buque de mi mando listo para desempeñar comisión caso de volver a merecer la confianza de V.E.

Dios guarde a V.E. muchos años (esta frase de saludo tradicional ha sido suprimida a partir del 22.07.1986; al parecer, ya no es necesaria la ayuda de Dios).