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Al borde de todo, en medio de nada

El Fandi a punto de cortar una oreja con “Hortelano” un gran toro de Fuente Ymbro y buena actuación de Garrido sin espada

Espectacular derechazo de rodillas de El Fandi a «Hortelano», de Fuente Ymbro, que lidió en cuarto lugar, ayer
Espectacular derechazo de rodillas de El Fandi a «Hortelano», de Fuente Ymbro, que lidió en cuarto lugar, ayerlarazon

El Fandi a punto de cortar una oreja con “Hortelano” un gran toro de Fuente Ymbro y buena actuación de Garrido sin espada

Las Ventas. Séptima de San Isidro. Se lidiaron toros de Fuente Ymbro, bien presentados. El 1º y el 2º, deslucidos; el 3º, de buena condición pero reservón y a menos; el 4º, de buen juego; el 5º, rebrincado y complicado; y el 6º, complicado. Más de tres cuartos: 19.928 espectadores. Asistió el Rey emérito Juan Carlos I.

► El Fandi, de azul marino y oro, dos pinchazos, dos descabellos (silencio); estocada caída (saludos).

► Miguel Ángel Perera, de azul y oro, bajonazo (silencio); estocada (silencio).

► José Garrido, de corinto y oro, aviso, media, dos descabellos (saludos); media defectuosa, pinchazo, aviso, media (silencio).

Crónica

Habían pasado veinte minutos de las siete y estábamos en el tercio de banderillas del primero. Era el turno de El Fandi, que llegaba a Madrid con los ecos de Sevilla. No quiso caballo el fuenteymbro y comenzó después el tercio estrella del granadino. Sólo que al tercero se estrelló y no clavó. Quiso un cuarto par, como es costumbre en él y suponemos que resarcirse del paso en falso, pero el presidente no tragó y con las mismas le dijo que no. Desigual y punteando el engaño en la muleta el toro. Se justificó con brevedad Fandi y cerró aquello. No tenía el cuerpo para más vueltas y en verdad nosotros tampoco. El segundo nos cayó a plomo. Toraco para el pecho. simbólico claro. Descolgó. Nada más hizo. Bueno sí, puntear el engaño, ir y venir sin entidad ninguna, aburrir como las ostras. Al Rey emérito fue a parar el brindis. ¡Cómo no!

Todo cambió en el tercero. Como un huracán fue a la muleta de Garrido y de paso a redimirnos. El desafío ocurrió en el centro del ruedo, a ojos de todos y por estatuarios, quietud que rebosaba los límites del torero, como en las espeluznantes bernardinas finales, pero para eso quedaba mucho. Tanto que sonó un aviso mientras tanto, pero no nos habíamos aburrido ni un segundo. Empujamos todos la espada. Toreó con mucha armonía en los primeros compases, cuando el toro acudió con más boyantía y pudo ligar el torero, descolgaba y reponía. Cambió la cosa al poco. Más parado el animal, más a la espera y protestón, se tragaba el primero y el segundo; al tercero se olía el percal quedándose corto por abajo. Le buscó las vueltas Garrido, cruzadísimo, casi de uno en uno, en busca de los tiempos que le dieran la llave del toreo. Y la encontró. Supo poner el broche con las bernardinas y de pronto, cuando Madrid estaba con él, la espada se le atravesó.

Un gol por la escuadra metió El Fandi al presidente en el cuarto. Cuatro pares sacó del tirón en tercer lugar, pidió permiso, como dice el reglamento, pero sin dar lugar a mucha opción y clavó y a decir verdad lo hizo en la misma cara. Volcánico fue el comienzo de faena de rodillas por la derecha, con un circular antológico. ¡El avión hizo el toro! Y estuvo El Fandi en su mejor versión en la primera parte de la faena. Dio todo lo que tenía hasta que se puso al natural y dejó mucha distancia entre uno y otro, se vaciaba el toreo por ahí, bajó revoluciones el toro, se perdió la intensidad y se alargó. Mezcla explosiva. En negativo. Y estocada caída de fin de fiesta. Se pidió la oreja y no se le concedió. Dividido el público. Buen “Hortelano” había sido. Poco se pareció un quinto rebrincado que le tocó a Perera y que no le podías perder de vista y con el que sacó poco en claro el extremeño. Complicado el sexto que amagó en un par de ocaciones con llevarse a José Garrido por delante. Se esforzó en la faena pero no trascendió. La sensación era haber estado al borde de todo. Y en medio de nada.