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Rajoy tantea a la cúpula del PP para revisar la estrategia electoral

María Dolores Cospedal, ayer, durante la inauguración de una residencia para mayores en Mora (Toledo)
María Dolores Cospedal, ayer, durante la inauguración de una residencia para mayores en Mora (Toledo)larazon

El objetivo es acercar la campaña del presidente a la calle, con «caravana» propia.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha mantenido en las últimas horas reuniones y conversaciones con algunos miembros de la dirección nacional del partido y de otras organizaciones regionales para analizar los malos resultados de las autonómicas andaluzas y sacar las conclusiones y correspondientes consecuencias en la revisión de la estrategia. Por medio se ha cruzado la tragedia del avión que ayer se estrelló en Francia, lo que ha colocado las prioridades en otro orden, pero en Génova y en el PP andaluz siguen trabajando en la elaboración del escrutinio al detalle, mesa a mesa electoral, del voto y de cómo se han movilizado sus votantes tradicionales. Rajoy ha hablado con la secretaria general, María Dolores de Cospedal, con el candidato y presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno, y también ha estudiado la situación con su entorno en Moncloa y con otros miembros del Comité de Dirección. Los vicesecretarios Carlos Floriano, director de la campaña, y Javier Arenas, responsable de Política Autonómica y Local, están llevando el peso de la preparación de los siguientes comicios.

Después del mal resultado del domingo, Rajoy lo fía todo a conseguir que el PP sea el partido más votado en las municipales de mayo. El análisis que han realizado apunta a que en estos comicios es más fácil que el voto útil vaya a su partido que al PSOE, como ha ocurrido en Andalucía. Y una clave de su acción electoral la sitúan en reforzar el discurso de crítica contra Ciudadanos, en el sentido, sobre todo, de señalarles como un partido que no representa el centro-derecha y que «esconde» su intención de ser bisagra del PSOE. Ahí quieren colocar uno de los acentos del mensaje con el que intentarán en los próximos dos meses movilizar a su electorado, sacar de la abstención a los más desafectos y limitar las fugas a la marca de Albert Rivera.

La confianza en mayo la sostienen también en el análisis de que el voto que ha conseguido Ciudadanos es la suma que daría el que obtuvieron en las europeas más el que entonces consiguió UPyD. Rajoy es consciente de que este partido emergente le ha quitado apoyos, y de que tiene un problema con la abstención. Pero la impresión en la dirección popular es que Ciudadanos perderá fuelle en las municipales porque son unos comicios con otra dinámica y con un contexto distinto al de las andaluzas: el PP ocupa más gobiernos que los socialistas y este nuevo partido, además, tiene su fuerza concentrada en los núcleos urbanos, no en los municipios de menos población, que también pesan en el recuento final. Además, el partido de Rivera no tiene estructura territorial consolidada, a diferencia del PP, lo que Génova cree que es otra ventaja añadida para ellos. «Nuestros candidatos ya están en campaña. Y nuestros alcaldes también», sentencian.

Las primeras reflexiones internas matizan la importante pérdida de escaños de Juan Manuel Moreno con el argumento de que en el extraordinario resultado anterior, el que consiguió Javier Arenas en 2012 con una victoria que se quedó a cinco escaños de la mayoría absoluta, el PP «pescó» voto de la izquierda que ahora ha vuelto en Andalucía a su sitio natural.

A partir de este escenario, el PP ha introducido en su plan de trabajo nuevos movimientos. Por un lado, estudia multiplicar la presencia de Rajoy en la campaña autonómica y municipal. Ya se implicó mucho en Andalucía, lo que dio pie a que algunos señalaran que el resultado es responsabilidad suya y que otros también especularan sobre si fue un error que participara de manera tan intensa en esa campaña. Génova no prevé que Rajoy se aparte, sino, al contrario, que se implique todavía más, a ser posible, y en la medida que se lo permita su agenda de presidente, con una «caravana» propia y lo más cercana posible a la calle. El modelo es el de la campaña electoral con la que Alberto Núñez Feijóo llegó a la Xunta en 2009. La estrategia que entonces utilizaron consistió en sectorializar al máximo la campaña, muchos actos, una caravana del líder regional y otra, en paralelo, de Rajoy como presidente del PP. Con la implicación de otros dirigentes nacionales. Fue una campaña en la calle, que es el modelo que Génova cree que ahora debe trasladar a las autonómicas y municipales.

El discurso no se apartará de las dos ideas centrales que hasta ahora han utilizado: la recuperación económica y la presentación del PP como el único partido que garantiza la estabilidad. En Andalucía estos dos argumentos no han sido suficientes, pero el PP los mantendrá como lemas de cabecera con algunas variables. Entre ellas, la arriba citada de revisar la manera de responder a la irrupción de Ciudadanos, que pasará a estar más presente en el discurso de advertencia sobre los riesgos de la fragmentación del voto.