¿Cómo será la convivencia papal?

Hay quien piensa que la convivencia de dos Papas en el Vaticano supondrá más de un quebradero de cabeza diplomático y ejecutivo...

– En absoluto. No hay la más mínima duda de que estas especulaciones son fantasías que no se corresponden con la realidad. Se trata de una convivencia muy tranquila entre Benedicto XVI y Francisco que no va a generar ningún problema. El Papa Emérito se dedicará a servir principalmente a la Iglesia en la oración desde su casa definitiva, aunque puede volver a Castel Gandolfo cuando quiera. En el «Mater Ecclesiae» cuenta con su biblioteca, con sus libros de trabajo para poder estudiar, leer y escribir.

¿Cómo se encuentra Benedicto XVI a su vuelta?

– Como se puede comprobar en las imágenes que se han distribuido, le han sentado muy bien estos dos meses de descanso. Su regreso no es una vuelta a la vida anterior. No va a dar conferencias ni va a dar cursos. Se va a volcar en la oración y en el estudio, a la regla benedictina pura del «Ora et labora».

¿Será una ayuda para Francisco cuando éste lo requiera?

– Es evidente, pero no sabemos esto, sólo el Papa lo sabe. Depende de él, el Santo Padre es absolutamente soberano, un hombre libre y sereno. No es una situación extraña, pero sí novedosa en tanto que no tiene precedentes, sólo ligeramente parecida, para lo que hay que remontarse al siglo XV.

En poco menos de tres meses se completa un periodo de transición en la Iglesia desde la normalidad. ¿Es un ejemplo para otras instituciones y países?

– Por supuesto. Benedicto XVI ha demostrado, en torno a la máxima del servicio, que es algo de lo que hay que desprenderse cuando se ve que no se puede asumir. Pero la Iglesia ha demostrado ejemplaridad durante el cónclave, lo que ha supuesto una derrota de los vaticanistas que pretenden saber y no quieren entender, superponen sus esquemas a la realidad de la vida de la Iglesia.