Religion

El Papa defiende que despedir a la gente para sanear una empresa no es de «buen empresario»

El Sumo Pontífice viajó a Génova y mantuvo un encuentro con trabajadores de una empresa siderúrgica

Imagen de la llegada del Papa al encuentro con la siderúrgica
Imagen de la llegada del Papa al encuentro con la siderúrgicalarazon

El papa Francisco llegó hoy a Génova (noroeste de Italia), donde mantiene esta mañana un encuentro con trabajadores de la siderúrgica Ilva y tiene previsto reunirse con obispos de la región y celebrar una misa antes de regresar al Vaticano.

El papa Francisco llegó hoy a Génova (noroeste de Italia), donde mantiene esta mañana un encuentro con trabajadores de la siderúrgica Ilva y tiene previsto reunirse con obispos de la región y celebrar una misa antes de regresar al Vaticano.

El avión del pontífice aterrizó hacia las 08:15 horas locales (06.15 GMT) en el aeropuerto de Génova, procedente del romano de Ciampino, y Francisco se dirigió a las instalaciones de Ilva, donde le esperaban varios miles de personas.

En esa planta de Ilva, grupo actualmente intervenido y para el que el Estado italiano busca comprador, Francisco dijo a los reunidos que "quien piensa resolver los problemas de su empresa despidiendo a la gente no es un buen empresario". Precisamente ayer se conoció que el gigante del acero indio ArcelorMital está detrás de la oferta elegida en principio por los administradores estatales para hacerse con Ilva, cuya principal instalación se encuentra en Taranto, en el sureste de Italia.

"Italia es una República democrática fundada sobre el trabajo", dijo el papa a los trabajadores de Ilva, que han estado sometidos durante los últimos años a despidos y planes de reducción de empleo por las dificultades que ha atravesado el grupo siderúrgico.

"Podemos decir que dar trabajo malpagado a la gente es anticonstitucional", continuó el papa, quien defendió que tiene que haber "trabajo para todos", porque "sin trabajo para todos no habrá dignidad".

El pontífice reconoció que "el trabajo de hoy y de mañana serán diferentes, muy diferentes (...) también habrá una revolución, pero tendrá que ser trabajo, no jubilación". Y agregó que jubilarse "a la edad justa es un acto de justicia", pero que va contra la dignidad de la persona cuando esta tiene que dejar el trabajo cuando todavía está en condiciones de desempeñar su labor.

El papa arremetió además contra la "meritocracia"porque dijo que se está convirtiendo en "una legitimación ética de la desigualdad. El nuevo capitalismo, través de la meritocracia, da un traje moral a la desigualdad, porque interpreta los talentos de las personas no como un don". "El talento no es un don según esta interpretación: es un mérito, determinando un sistema de ventajas y desventajas que se acumulan", continuó.

"Así, si dos niños nacen diferentes por talento u oportunidad social y económica, el mundo económico interpretará los talentos diferentes como mérito y los remunerará de manera diversa", agregó el papa. "Y así, cuando esos dos niños se jubilen, la desigualdad entre ellos se multiplicará", observó el pontífice.

Dijo además que la meritocracia influye en cómo se percibe la pobreza porque al pobre se le considera 'sin mérito' y, por lo tanto, culpable. Y si la pobreza es culpa del pobre, los ricos quedan exonerados de hacer algo"por ellos.

Después de la reunión con los trabajadores de Ilva el papa se dirigió a la catedral de Génova para mantener un encuentro con obispos de Liguria, la región de la que la ciudad portuaria es capital. Posteriormente, y antes de regresar al Vaticano, el pontífice mantendrá un encuentro con jóvenes en el santuario de la Virgen de la Guardia, se desplazará al hospital pediátrico Gaslini y terminará la jornada con una misa en la plaza Kennedy.

Efe