La Habana

El Papa alienta el proceso de reconciliación de Cuba con EEUU

El papa Francisco es recibido por el presidente de Cuba, Raúl Castro.
El papa Francisco es recibido por el presidente de Cuba, Raúl Castro.larazon

Durante el viaje se prevé que el Pontífice critique el embargo estadounidense y dé el último empujón a las relaciones EE UU-Cuba. El Vaticano espera que se produzca un mayor impulso de las libertades sociales y políticas para la población de la isla.

El Papa Francisco ya está en Cuba, la primera etapa de un viaje que le llevará luego a visitar Estados Unidos. En su primer mensaje en la isla durante la ceremonia de bienvenida en el aeropuerto de la capital cubana, el Pontífice instó ayer a los Gobiernos de La Habana y de Washington a que sigan adelante en el camino de reconciliación que iniciaron el pasado diciembre, cuando anunciaron que retomaban sus relaciones diplomáticas.

«Ánimo a los responsables políticos a continuar avanzando», dijo Jorge Mario Bergoglio, quien ejerció como mediador entre los dos países para que pusieran fin a más de medio siglo de conflicto. Incluso brindó el territorio de la Santa Sede para que las delegaciones de ambas naciones pudieran mantener algunas de sus conversaciones. Los líderes de estos países deben «desarrollar todas sus posibilidades» y responder así al «alto servicio» que están llamados a prestar «a favor de la paz y del bienestar de sus pueblos y de toda América». Se convertirán así en «un ejemplo de reconciliación» para todo el mundo. En esta «atmósfera» de Tercera Guerra Mundial por etapas que, según Francisco, se está viviendo en la actualidad, son necesarios casos de «reconciliación» como el que ofrece el entendimiento entre La Habana y Washington.

La nueva etapa que han abierto en sus relaciones supone para el Papa «un proceso, un signo de la victoria de la cultura del encuentro, del diálogo». Aseguró que le «llena de esperanza» el escenario iniciado hace nueve meses y con continuos pasos por ambas partes. El último de ellos lo dio el presidente estadounidense, Barack Obama, al anunciar que aflojaba el embargo comercial con la mayor de las Antillas. A partir del mañana, habrá menos restricciones en los intercambios empresariales, los viajes, las telecomunicaciones, la banca y el envío de remesas.

Ante el presidente cubano, Raúl Castro, y las principales autoridades del país, Francisco recordó el gran titular que dejó San Juan Pablo II cuando visitó la isla en enero de 1998. El Papa polaco hizo un llamamiento a que «Cuba se abra con todas sus magníficas posibilidades al mundo y que el mundo se abra a Cuba». Aquel escenario que deseó Wojtyla parece tomar cuerpo 17 años después. En este nueva época la Iglesia cubana desempeña una crucial labor de mediación y sostén nacional. El Papa subrayó que la comunidad cristiana de la isla, encabezada por el cardenal Jaime Ortega y Alamino, arzobispo de La Habana, debe «acompañar y alentar» al pueblo cubano en sus esperanzas y en sus preocupaciones, con libertad y con los medios y espacios necesarios para llevar el anuncio del Reino hasta las periferias existenciales de la sociedad». Para ello necesitará que la libertad religiosa sea completa en el país.

Como también hizo Juan Pablo II, así como Benedicto XVI, quien estuvo en Cuba en 2012, Francisco citó en su primera alocución a José Martí, líder de la independencia cubana. Recordó además al sacerdote Félix Varela, otro de los padres de la patria, y a Fidel Castro, histórico líder de la Revolución de 1959. Le pidió a su hermano Raúl que le transmitiera sus sentimientos «de especial consideración y respeto». También tuvo presentes a los exiliados y emigrados, a «todos los cubanos dispersos por el mundo», y a aquellas personas «que por diversos motivos no podré encontrar». Habrá que ver en los próximos días si con estas últimas palabras se disculpaba por no reunirse con miembros de la oposición.

En su mensaje de bienvenida, Raúl Castro agradeció nuevamente el apoyo del Papa al diálogo con Estados Unidos y cargó contra el embargo, «que provoca daños humanos y privaciones a las familias humanas». Pidió otra vez su cese y lo calificó de «cruel, inmoral e ilegal». También recuperó otra de las históricas reivindicaciones de La Habana, el fin de la base estadounidense de Guantánamo. El territorio que «usurpa» esta instalación militar «debe ser devuelto a Cuba».