Religion

El Papa pide en una multitudinaria misa «abrir los ojos frente a tantas injusticias»

El Papa pide a los mexicanos que no alimenten a sus hijos con el dolor y la muerte del prójimo. «Metámonos en la cabeza, con el demonio no se dialoga, solamente con la palabra de Dios se le puede derrotar», insta a los fieles

El Papa Francisco saluda a los fieles a su llegada al Centro de Estudios Superiores en el municipio mexicano de Ecatepec
El Papa Francisco saluda a los fieles a su llegada al Centro de Estudios Superiores en el municipio mexicano de Ecatepeclarazon

El Papa pide a los mexicanos que no alimenten a sus hijos con el dolor y la muerte del prójimo

Quienes dan de comer a sus hijos con recursos provenientes de la explotación, el sufrimiento y hasta la muerte del prójimo entregan un «pan amargo», exclamó ayer el Papa en la misa multitudinaria celebrada en Ecatepec (México), donde se dieron cita más de 300.000 personas. Es el tercer mensaje de Francisco en el país en el que denuncia el rostro de la soberbia y la búsqueda de privilegios a costa del sufrimiento de terceros. En el contexto del tiempo de Cuaresma, pidió a los mexicanos mirar al prójimo con dignidad y evitar tres tentaciones: riqueza, vanidad y orgullo. «Sabemos lo que significa ser seducidos por el dinero, la fama y el poder... adueñándonos de bienes que han sido para todos y utilizándolos sólo para mí o para los míos. Es tener el pan, a base del sudor del otro, o hasta de su propia vida... En una familia o en una sociedad corrupta es el pan que se le da de comer a sus hijos».

El Papa también fustigó a quienes buscan fama mediante la descalificación «constante de los que no son como uno» y a quienes se muestran superiores. Esas actitudes generan divisiones y enfrentamientos, «una sociedad de pocos y para pocos». Un mensaje que se entiende en un país con 58 millones de pobres (más del 60% de la población), mientras 11 mexicanos están entre los hombres más ricos del mundo, y en el que se critica a la clase política por su falta de sensibilidad ante la no distribución de la riqueza.

«Métanse en la cabeza» que con el demonio no se debe dialogar «porque siempre se va a perder», dijo en referencia al municipio vecino de Tultitlán, en el que está uno de los mayores templos de la Santa Muerte, la devoción propagada principalmente por criminales.

El Papa concelebró la misa con obispos mexicanos y dos centenares de sacerdotes de Ecatepec, de Tlalnepantla y de las diócesis del occidente del Estado de México. Tal fue así que el obispo local, Óscar Roberto, dispuso a través de un decreto diocesano que en las 97 parroquias de la demarcación se colocaran televisores para suplir la falta de sacerdotes.

Ecatepec es una diócesis pequeña, pero sólo en dimensión territorial. Con casi dos millones de habitantes en menos de 200 km2 (un poco más grande que Liechtenstein), la escasez de agua, la insuficiencia en drenaje y servicios de limpieza, la falta de transporte público, poca cobertura en servicios médicos, así como la carencia de centros laborales y educativos son problemas cotidianos. Dichas condiciones obligan a cientos de miles de habitantes a trabajar o estudiar en la Ciudad de México y en las proximidades; también a sobrevivir mediante el comercio informal o participar del narcomenudeo, la trata y el tráfico de armas.

Vigilado por helicópteros y 10.000 policías a ras de suelo, Ecatepec es el bastión político de Eruviel Ávila. El gobernador del estado de México estuvo presente en la misa desarrollada en uno de los 135 municipios del estado que ha declarado «alerta de género», ya que en sólo cinco años han sido asesinadas 183 mujeres y suman más de 400 las desaparecidas. Además, la zona es una de las más castigadas del país por falta de planeación urbana, incluso donde se ha celebrado la misa ha sido declarada zona contaminada con residuos alcalinos, corrosivos y tóxicos, lo cual no impidió la construcción de 13.000 viviendas.

El Papa llegó el viernes a México y el sábado asistió a un acto oficial en el Palacio Nacional, a un encuentro con obispos mexicanos en la Catedral Metropolitana y a la Basílica de Guadalupe, donde congregó también a miles de fieles en una misa.

El lunes viajará al estado sureño de Chiapas, el martes al occidental de Michoacán y el miércoles al norteño de Chihuahua, desde donde partirá de regreso al Vaticano.