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El Papa insta a los cubanos a «servir a las personas, no a las ideas»

Homilía del pontífice en una multitudinaria misa en la Plaza de la Revolución de La Habana

El papa Francisco oficia misa en la Plaza de la Revolución de La Habana (Cuba), ante miles de cubanos.
El papa Francisco oficia misa en la Plaza de la Revolución de La Habana (Cuba), ante miles de cubanos.larazon

El Pontífice reconoce durante la celebración de la misa en la Plaza de la Revolución que Cuba tiene «heridas, pero saber estar con los brazos abiertos y marchar con esperanza».

El Papa Francisco vivió ayer su primera ceremonia multitudinaria durante su visita a Cuba: la misa que presidió en la plaza de la Revolución de La Habana y en la que participaron alrededor de 200.000 fieles. Ante los gigantes murales del Che Guevara y de Camilo Cienfuegos, Jorge Mario Bergoglio, quien para muchos está revolucionando la Iglesia con sus reformas estructurales y su forma de entender la fe católica, hizo un llamamiento a favor de la reconciliación nacional.

Reconoció en su homilía que el pueblo cubano «tiene heridas», como ocurre también en otras naciones, pero «sabe estar con los brazos abiertos» y «marchar con esperanza», pues tiene una vocación «de grandeza». «Quiero invitarles a que cuiden y sirvan, de modo especial, la fragilidad de sus hermanos. No los descuiden por proyectos que puedan resultar seductores, pero que se desentienden del rostro del que está a su lado», advirtió Francisco.

Ante el presidente cubano, Raúl Castro, y la máxima mandataria argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien voló hasta La Habana para poder ver de cerca a su compatriota, el Pontífice expresó cuál es su idea del poder: «Quien quiera ser grande, que sirva a los demás, no que se sirva de los demás». Recordando el pasaje del Evangelio en el que los discípulos discuten sobre quién de ellos era el más importante, recordó que para Jesús «la vida auténtica se vive en el compromiso concreto del prójimo».

«Servir», insistió Francisco, «significa, en gran parte, cuidar la fragilidad. Cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo». Son ellos en quienes deben pensar los cristianos. «Las personas de carne y hueso, con su vida, su historia y especialmente con su fragilidad, son las que estamos invitados por Jesús a defender, a cuidar, a servir». La antítesis de esta forma de entender el servicio se produce cuando se ejerce para beneficiar «a los míos». Se provoca así «una dinámica de exclusión».

En este sentido, Jorge Mario Bergoglio recalcó el verdadero significado del concepto de servicio, que no debe confundirse con el servilismo ni con las ideologías: «El servicio no apunta a una actitud de servilismo, por el contrario, pone en el centro de la cuestión al hermano: el servicio siempre mira el rostro del hermano, toca su carne, siente su proximidad y hasta en algunos casos la padece y busca su promoción. Por eso, el servicio nunca es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a las personas».

Francisco descartó reunirse con miembros de las FARC durante su visita a Cuba, pero eso no significa que no tenga presentes las conversaciones que los miembros de este grupo guerrillero mantienen con el Gobierno colombiano en La Habana. Al final de la misa, Francisco dijo ser «consciente de la importancia crucial del momento presente, en el que, con esfuerzo renovado y movidos por la esperanza, sus hijos están buscando construir una sociedad en paz». Deseó que «la sangre vertida por miles de inocentes durante tantas décadas de conflicto armado», sirva para que acaben en una «definitiva reconciliación» los esfuerzos que se están realizando.

«Y así la larga noche de dolor y de violencia, con la voluntad de todos los colombianos, se pueda transformar en un día sin ocaso de concordia, justicia, fraternidad y amor en el respeto de la institucionalidad y del derecho nacional e internacional, para que la paz sea duradera», deseó Francisco. «Por favor, no tenemos derecho a permitirnos otro fracaso más en este camino de paz y reconciliación».

La semana pasada, el portavoz del Vaticano, Francisco Lombardi, ya adelantó que «no se esperaba» que el Pontífice se reuniera con representantes de las FARC. Y es que, durante el pasado agosto, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia manifestaron desde La Habana su pretensión de reunirse con Francisco, pero Lombardi dijo que supondría añadir «un elemento extraño» al programa del Papa.

Durante el rezo, el cardenal arzobispo de La Habana, Jaime Ortega, agradeció al Santo Padre «haber favorecido el proceso de renovación en las relaciones entre Cuba y EE UU que tanto beneficiará a nuestro pueblo». El cardenal remarcó asimismo que la llamada a la paz del Papa Francisco es necesaria para alcanzar «la anhelada reconciliación» entre todos los cubanos, los que viven en Cuba o fuera de Cuba.