La Habana

Encuentro histórico: El Papa se reunirá con el patriarca ruso en Cuba

El Papa Francisco
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Francisco y el patriarca ruso se reunirán en Cuba, por primera vez en la historia, para superar las heridas de un cisma centenario. El encuentro, que se hará el 12 de febrero, se preparaba desde hace veinte años.

El Vaticano sorprendió ayer con el anuncio de lo que desde hace algunas semanas se venía rumoreando en Roma: Francisco y el patriarca Kirill de la Iglesia ortodoxa rusa se reunirán por primera vez. Se trata de un acontecimiento histórico puesto que nunca antes un Papa y un patriarca ruso se habían encontrado. La cita se producirá el próximo viernes 12 en Cuba, de tal forma que este país se convertirá en el único que el Papa Francisco habrá visitado en dos ocasiones, la primera el pasado septiembre antes de su visita a Estados Unidos.

Durante la reunión está prevista la firma de una declaración conjunta y que ambos pronuncien un breve discurso. Raúl Castro, presidente del país, será el encargado de recibirles.

El ecumenismo y, en concreto, la unión de los cristianos es una de las prioridades de Bergoglio para su Pontificado, y el encuentro con Kirill lo vuelve a confirmar. Aprovechando que el patriarca ruso se encuentra de visita pastoral del 11 al 22 de febrero en Cuba, Paraguay, Chile y Brasil, y Francisco los mismos días en México, se reunirán en el aeropuerto José Martí de La Habana.

El Vaticano, a través de un comunicado y de su portavoz, el padre Federico Lombardi, informó del desarrollo del encuentro, que comprenderá «un coloquio personal» y «concluirá con la firma de una declaración común».

Según la Santa Sede, el encuentro se lleva preparando desde hace tiempo y «marcará una etapa importante en las relaciones entre las dos iglesias». De tal importancia es que «la Santa Sede y el Patriarcado de Moscú desean que sea una señal de esperanza para todos los hombres de buena voluntad» para lo que invitan «a todos los cristianos a rezar con fervor para que Dios bendiga este encuentro, que dé buenos frutos».

El próximo viernes, Francisco partirá de Roma más pronto de lo previsto para dirigirse a Cuba. Aterrizará a las 14 hora local y será recibido con el protocolo habitual en estos casos. Estarán presentes el presidente Raúl Castro y el arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega. Poco después, los dos líderes religiosos mantendrán un encuentro privado de dos horas. La entrevista se realizará en ruso y español, por lo que se contará con dos intérpretes que traduzcan a Francisco y Kirill. Alrededor de las 16:20 horas se producirá el intercambio de regalos y firmarán una declaración conjunta en español y ruso en la que estará presente Castro. El histórico encuentro quedará sellado con un breve discurso que se tratará más de una «expresión espontánea» de lo vivido, según comentó el portavoz vaticano. Sobre las 17 horas de Cuba tendrá lugar la despedida y está previsto que Francisco suba de nuevo al avión para continuar su viaje a México media hora más tarde.

Lombardi explicó a los medios que «siempre se había pensado en un encuentro entre el Santo Padre y el patriarca de toda Rusia en un lugar que no fuera ni Roma ni Moscú» por lo que Cuba es «un lugar neutro» que «ha sido considerado muy oportuno».

Al mismo tiempo que el Vaticano daba el anuncio, el metropolita Hilarión, responsable del Departamento para las relaciones exteriores del Patriarcado de Moscú, ofrecía otra rueda de prensa en la que explicó que el encuentro entre el Papa y el patriarca «se prepara desde hace casi 20 años». Una de las razones que por fin lo han propiciado es el «genocidio de los cristianos» a raíz de la persecución religiosa que viven en muchos lugares del planeta, algo a lo que Bergoglio llama desde hace tiempo «un ecumenismo de sangre».

El camino hasta el encuentro ha estado plagado de dificultades. En enero de 2009 y antes de ser elegido patriarca de Moscú y de toda Rusia, Kirill llegó a manifestar que «una reunión entre el patriarca y el Papa sólo sería posible cuando haya signos concluyentes de un progreso real y positivo en cuestiones que durante mucho tiempo han sido problemáticas para nuestras relaciones».

Entre los problemas estarían las acusaciones de los ortodoxos de que la Iglesia lleva a cabo actos de «proselitismo» en territorios que debería ser de acción exclusiva suya. No obstante, como muestra de que estas dificultades se han ido superando, tres años después de aquellas afirmaciones (agosto de 2012) el patriarca Kirill y el presidente de la Conferencia Episcopal de Polonia firmaron una declaración conjunta en la que llamaron «al perdón, a la reconciliación y al diálogo» para poder sanar estas heridas del pasado e iniciar «la vía de la renovación espiritual y material».

El 30 de noviembre de 2014, durante el vuelo de regreso de su visita a Estambul, Bergoglio respondió a la pregunta de un periodista que le interrogó precisamente sobre un posible encuentro con el líder de la Iglesia rusa. «Yo se lo he hecho saber y él también está de acuerdo; existe la voluntad de encontrarnos. Le dije: “Yo voy a donde me digas. Tú me hablas, y yo voy”. Y él también tiene la misma voluntad”. “Los dos queremos encontrarnos y queremos seguir adelante”», aseguró en el avión.

Hay que recordar que el encuentro con la Iglesia rusa fue también muy deseado por Juan Pablo II y Benedicto XVI. El primero quiso viajar a Moscú, pero no fue posible sobre todo porque era polaco y las relaciones entre los dos pueblos nunca han sido buenas. Por su parte, con Ratzinger se vivió algo similar y, aunque Kirill sucedió a Alejo II –famoso por su hostilidad hacia los católicos–, el Papa era alemán y las relaciones también estaban plagadas de heridas. Al contrario, Francisco es argentino y jesuita. Su país nunca ha estado en guerra con Rusia y durante la persecución que sufrieron los seguidores de San Ignacio de Loyola en el siglo XVIII fueron acogidos en este país.

Tras el encuentro del próximo día 12, el siguiente paso en las buenas relaciones entre las dos iglesias podría ser una visita de Francisco a Rusia, algo que según varios conocedores de la situación es del todo verosímil, aunque, a día de hoy, no estaría planteada.