Portugal

Fátima, un santuario blindado

Portugal extrema la seguridad ante la llegada de ocho millones de peregrinos por el centenario de las apariciones. Francisco agradece la «intensa devoción de los fieles».

El musulmán Sami Aoun, que vive en Beirut, decidió cumplir su promesa e ir a Fátima. Rezó por su mujer, por su hijo, que nacerá en dos meses y también por una mayor «unidad entre los cristianos y los musulmanes».
El musulmán Sami Aoun, que vive en Beirut, decidió cumplir su promesa e ir a Fátima. Rezó por su mujer, por su hijo, que nacerá en dos meses y también por una mayor «unidad entre los cristianos y los musulmanes».larazon

Portugal extrema la seguridad ante la llegada de ocho millones de peregrinos por el centenario de las apariciones. Francisco agradece la «intensa devoción de los fieles».

«Viajamos a Fátima porque es la casa de nuestra Madre, María, en la que aprendemos a amar y a servir a los demás. Allí, bajo la intercesión de Nuestra Señora, nos prometimos en matrimonio y desde que nos casamos hemos venido cada 10 años ha renovar nuestra consagración. Además, la oportunidad de celebrar el centenario de las apariciones no se tiene los días». Como Javier y María Eugenia, miles de devotos españoles y de otras nacionalidades, ya están en camino hacia Cova De Iria, la pequeña localidad portuguesa donde se encuentra el Santuario de Fátima, para acompañar al Papa Francisco en su peregrinación. El Pontífice, que llegará al país luso el viernes, avanzó ayer durante la audiencia general en la Plaza de San Pedro, que «viajará como peregrino para confiar a la Virgen el destino temporal y eterno de la humanidad, y para suplicar las bendiciones del cielo». Y pidió a todos los congregados que velen por él: «¡Que vuestras manos en oración continúen sosteniendo las mías!», alentó a la multitud congregada. El acto central de su visita a Fátima y el más esperado es la misa que oficiará el sábado y en la que proclamará santos a los dos pastorcillos a los que se les apareció la Virgen hace 100 años, Francisco y Jacinta Martos.

Para celebrar tal efeméride se espera a decenas de miles de católicos de todo el mundo. El martes, a tres días de la visita papal, el Servicio de Acogida al Peregrinio avisó de que más de 45.000 personas ya se dirigían a pie a Fátima, si bien se trataba de una estimación a la baja ya que la cifra sólo incluía las excursiones organizadas y comunicadas al Santuario. Aunque el Papa aterriza en Portugal la tarde del viernes, el Ministerio del Interior portugués señala que ya se ha notado un aumento del 20% de turistas comparado con la misma semana del año pasado. Además de portugueses emigrados que vuelven para ver el Santo Padre «en casa», también llegarán fieles sin conexiones familiares con el país. Entre otros, el presidente de Paraguay, Horacio Cartes, y enormes delegaciones oficiales procedentes de Panamá y Guatemala. Para la llegada del Pontífice, además, se han acreditado 2.000 periodistas de todo el mundo y 2.000 sacerdotes que participarán en las distintas celebraciones. Además, asistirán 71 obispos y ocho cardenales, entre ellos el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, y el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro.

El Gobierno portugués está desbordado ante la llegada masiva de fieles de todo el mundo. La previsión es que lleguen más de ocho millones de personas, por lo que se han tenido que tomar medidas excepcionales de seguridad.

Por tercera vez desde la activación del Acuerdo de Schengen, Portugal ha cerrado sus fronteras y reestablecido los controles de antaño. También han aumentado las medidas de vigilancia en los aeropuertos y puertos marítimos, y reestablecido los controles en los ferrocarriles procedentes de España. Adicionalmente, para «asegurar la seguridad interna y el orden público», se ha decretado el cierre de gran parte de la frontera luso-española entre el 10 y el 13 de mayo. El impacto de la medida se ha notado sobre todo a lo largo de la frontera con Galicia. Ante el flujo de peregrinos procedentes de Santiago, el Puente Internacional que une Tui con Valença do Minho limita el paso a quienes lo hagan a pie o en bicicleta. En declaraciones a este diario, un portavoz de la Guardia Nacional Republicana portuguesa recordó que quienes pretendan acceder a Portugal durante estos días tendrán la obligación de mostrar su pasaporte.

La visita del Papa Francisco es la quinta visita papal en la historia de Portugal. Debido a la importancia histórica del acontecimiento, el Ejecutivo del socialista António Costa ha dado el día libre a todos los funcionarios del Estado con el fin de que ellos puedan participar en los actos conmemorativos. Todas las oficinas públicas estarán cerradas, al igual que todas las representaciones diplomáticas lusas en el extranjero.

Para agradecer el esfuerzo de los ciudadanos y del Gobierno portugués para acoger a decenas de miles de fieles de todo el mundo, el Papa dedicó ayer unas palabras al país anfitrión. Agradeció la «comprensión» de las autoridades, así como «la intensa devoción» de los fieles.

En el vídeo, de cuatro minutos, Francisco declaró en portugués que acudía como «pastor universal, ofreciendo a la Virgen un ramo de las más lindas flores: los hermanos y hermanas del mundo entero, rescatados por la sangre de Jesucristo».