Ciudad del Vaticano

Los millones «perdidos» del Vaticano

Su responsable de Economía revela que se han hallado «cientos de millones» que no aparecían en los balances. «La Santa Sede no está en quiebra», afirma

Los millones «perdidos» del Vaticano
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Cuando a principios del pasado mes de julio presentó las cuentas correspondientes al pasado ejercicio –tal y como hace cada año–, el Vaticano aseguró que había tenido un déficit de 24 millones de euros durante el año 2013. Le echó la culpa de los números rojos, principalmente, a las consecuencias negativas de la fluctuación de la cotización del oro. Sin embargo, las cuentas reales podrían haber sido bien distintas. Según asegura el cardenal australiano George Pell, prefecto del Secretariado para la Economía de la Santa Sede, la situación económica es «mucho más saludable de lo que parecía» en la Santa Sede.

En un artículo que se publica hoy en la revista británica «Catholic Herald Magazine», y cuyo contenido fue adelantado ayer, el purpurado asegura que el «ministerio» que él dirige ha encontrado «unos cientos de millones de euros» que permanecían «guardados en cuentas de ciertas secciones y no aparecían en las hojas de balance».

«Es importante señalar que el Vaticano no está en quiebra», escribe el antiguo arzobispo de Sidney, quien sostiene que la mayor dificultad económica viene del pago del fondo de pensiones, cuya posición «necesita ser reforzada» para cubrir la demanda de los próximos 15 o 20 años, en los que está prevista la jubilación de un gran número de trabajadores de la Curia romana. Más allá de este escollo, considera que «la Santa Sede está pagando sus gastos, y a la vez posee importantes activos e inversiones».

Esos «cientos de millones» permanecían ocultos porque las congregaciones, dicasterios, secretariados y otros organismos que pertenecen al Vaticano actuaban hasta ahora de forma autónoma en la gestión de los dineros. Sólo llamaban a la puerta de las instituciones superiores cuando tenían un problema. Tenían «casi carta blanca», según Pell, quien asegura que se regían según «patrones establecidos tiempo atrás» en el manejo de las cuentas.

Ahora, éstas han sido auditadas por los expertos contratados por el Secretariado para la Economía dirigido por el cardenal australiano, que centraliza el control de todas las actividades de la Santa Sede en este campo.

En la entrevista concedida a «Catholic Herald Magazine», George Pell subrayó que el Vaticano no ha utilizado estándares modernos «hasta hace poco», cuando el Papa Francisco «se dio cuenta de que el sistema financiero vaticano había evolucionado de un modo que resultaba imposible para cualquiera conocer qué estaba pasando en conjunto».

«Era imposible que alguien supiera lo que sucedía»

El prefecto de este organismo creado por decisión del Consejo de Cardenales, el grupo de purpurados que ayudan al Papa Francisco en el gobierno de la Iglesia y le asesoran en la reforma de la Curia romana, no hace ver en el artículo que, en su opinión, se hayan cometido delitos. Pero sí que denuncia en cambio un cierto secretismo: «Muy pocos estuvieron tentados de contarle al mundo exterior lo que sucedía, excepto cuando necesitaban ayuda adicional», subraya. «Era imposible que alguien supiera exactamente lo que sucedía en general», concluye Pell.