Cáritas

Vestidos de Comunión solidarios y «low cost»

Por iniciativas como Taller 99, que aúna responsabilidad social y buen precio, Cáritas logró en 2015 empleo para más de 15.000 personas

A través de Taller 99, Cáritas da trabajo a 10 personas, la mitad en un proyecto de inserción laboral
A través de Taller 99, Cáritas da trabajo a 10 personas, la mitad en un proyecto de inserción laborallarazon

Por iniciativas como Taller 99, que aúna responsabilidad social y buen precio, Cáritas logró en 2015 empleo para más de 15.000 personas

Nada más llegar a Taller 99, en el madrileño barrio de Valdezarza, uno se topa con un cartel que da fe de que allí hay «una empresa diferente». Lo es. Su actividad –confección industrial e infantil y marroquinería– no tiene ánimo de lucro, prima el fin social sobre el capital, y favorece el acceso al mercado de trabajo a personas vulnerables o excluidas. Es una empresa de inserción, una propuesta de economía solidaria de Cáritas Madrid. Es un proyecto más de todos los que la institución eclesial tiene repartidos por España y que en 2015 consiguió emplear a más de 15.000 personas. Dentro del taller está Fransi Díaz, la responsable, que años atrás dejó su trabajo en una importante empresa textil porque no podía aceptar algunas de las cosas que veía. Abandonó por ética y el sendero de su vida profesional desembocó en Taller 99. Nunca se le había pasado por la cabeza. Las mujeres que allí trabajaban le cautivaron.

Fransi es la ideóloga de una de las propuestas de esta peculiar empresa que más éxito está teniendo: los vestidos de comunión. Y es que además de sus trabajados diseños, la calidad de las telas y la atención individual, tienen la ventaja de que su precio es muy ajustado. Se han ganado, incluso, el calificativo de «low cost». Unos 150 euros frente a los 250 euros que se puede llegar a pagar por el vestido más económico del mercado. Las creaciones de Fransi y su equipo –la mitad se encontraban en situación de exclusión–, que se venden en la tienda de Cáritas, se hacen a medida y el cliente puede combinar aquello que más le guste de los modelos del catálogo. «Son vestidos sencillos, pero de buena calidad. Se alejan un poco de lo que se ve en el mercado, que son similares a vestidos de novia», explica la responsable. Quizá por esto, son varios los colegios que les han encargado la elaboración de túnicas para los niños que hacen este año la Primera Comunión, una solución por la que optan muchos centros en la actualidad. Los pedidos se han multiplicado.

Fili corta unas telas mientras nos cuenta que trabaja en el proyecto desde el principio, cuando el proyecto no era más que un taller ocupacional. Hoy ocupa uno de los puestos ordinarios. Su tarea es doble: enseñar y ayudar a las personas que llegan y, por otra parte, trabajar para que los pedidos salgan a tiempo y con calidad. «Cuando empecé no sabía coser ni cortar. Nunca había utilizado una máquina. Entonces estábamos en un piso y sólo teníamos una para diez personas», explica. El taller cuenta ahora con máquinas industriales, las mismas que cualquier empresa del sector. La inversión fue importante, pero necesaria; cuando salen al mercado laboral saben manejarlas y esto les abre muchas puertas.

Aunque los vestidos de comunión son su prioridad ahora, Taller 99 mantiene una gran producción de ropa infantil, prendas realizadas a mano, con materiales fabricados en España y sin tintes tóxicos. También con un precio muy ajustado. Otra de las líneas de negocio, con mucho éxito, es la de las canastillas para recién nacidos, por las que optan muchas empresas para regalar a sus empleados. Pamela, una joven camerunesa, lleva pocos meses en Taller 99. Aprende rápido y es eficaz. Sueña con seguir trabajando en el sector textil en el futuro. Ella pone rostro a las personas que ha ayudado y ayuda este programa. Pero Taller 99 es más. Tiene una sección de marroquinería en la que triunfan los bolsos. Tiene la misma filosofía: calidad, diseño y precio. Todo con el valor añadido de ayudar a personas que lo necesitan. Es lo que enganchó a Fransi. No tiene el nivel económico que hubiese obtenido en otra empresa, pero es feliz. Como lo son Fili o Pamela.

¿Cómo funciona una empresa social?

- En taller 99, Fransi Díaz es la responsable. Ella se encarga de la gestión del taller así como de los diseños. Por encima, como responsable del Servicio de Empleo de Cáritas Madrid, está Salvador García, que es voluntario. Tiene otra empresa solidaria.

- La tienda de Cáritas

Los productos se comercializan por dos vías: encargos y venta directa. Los primeros son los más importantes y generan el mayor volumen de ingresos. La tienda suele recibir los encargos y ser el lugar de entrega. Es la parte más visible del proceso.

- Dos años para el futuro.

Es el tiempo que permenecen en Taller 99 los empleados de inserción. Junto a ellos están los empleados ordinarios, que les enseñan y atienden en todo el proceso, que continúa cuando se van.