Cástor Díaz Barrado

Rescate en Nepal

El sufrimiento que ha causado el terremoto que ha tenido lugar en Nepal es inmenso. Es difícil comprender, en toda su intensidad, el dolor que habita en la población nepalí y, con seguridad, las consecuencias de este desastre natural se dejarán sentir durante largo tiempo. La solución mejor no es otra que la cooperación y la ayuda internacionales. La solidaridad debe ser una característica propia de la comunidad internacional y, más allá de fronteras y pueblos, acudir en auxilio de seres humanos, cuyas vidas están en peligro, debe ser la prioridad de los estados y de la sociedad internacional en su conjunto. No es incompatible con esto que cada país se ocupe de sus ciudadanos y que se adopten medidas específicas para salvar la vida y asegurar el bienestar de aquellos nacionales que se ven inmersos en las consecuencias de un desastre de este tipo. La protección de los propios nacionales es una expresión más de la existencia de una sociedad internacional heterogénea y diversa y con pocos componentes de comunidad internacional. Pero, asumir la defensa de los nacionales, no sólo no es incompatible con los principios que rigen en la sociedad internacional contemporánea sino que, al mismo tiempo, es el único modo con el que se cuenta, en muchas ocasiones, a la hora de asumir la defensa de estos ciudadanos. Los esfuerzos realizados por el Gobierno español en esta dirección han sido muy relevantes y significativos y nada debe impedir que se reconozca que nuestra acción exterior ha estado a la altura de lo que cabe esperar de un país que se sitúa a la cabeza de la protección de sus nacionales en el exterior. La intervención personal del ministro de Exteriores, que se encontraba de visita en la India en el momento en el que se produjo el desastre, ha marcado el grado de compromiso del Estado español en la defensa de la vida y los derechos de los españoles en el extranjero. La actuación del Gobierno español es la expresión de un comportamiento que se viene sucediendo en el tiempo y que se ha ido perfilando desde el establecimiento del sistema democrático en nuestro país. Aunque la Constitución no imponga, directamente, la obligación a las autoridades españolas de proteger a los españoles en el extranjero, una rica práctica de la política exterior de España viene demostrando el compromiso del Estado español con los ciudadanos de nuestro país que se encuentran en el exterior. El rescate en Nepal es una muestra más, y sobresaliente, de este comportamiento.