Psiquiatría

Esquizofrenia: La irrealidad de la mente

El abordaje multidisciplinar ayudará a detectar y tratar temprana de forma temprana, evitar recaídas y asegurar la adherencia

Esquizofrenia: La irrealidad de la mente
Esquizofrenia: La irrealidad de la mentelarazon

El reto de redefinir la esquizofrenia es impedir nuevas crisis provocadas por la falta de conciencia de la enfermedad y el abandono del tratamiento.

Una detección temprana de la esquizofrenia resulta fundamental para conseguir modificar el pronóstico de los pacientes, quienes en muchos de los casos son reacios a continuar con el tratamiento médico, lo que les provoca que tengan cinco veces más posibilidades de tener un nuevo episodio de su enfermedad.

La esquizofrenia es una enfermedad mental grave y crónica que afecta al uno por ciento de la población mundial y a 400.000 personas en España, por lo que los expertos destacan que es importante «redefinirla» con el objetivo de disminuir el estigma de los enfermos. Se caracteriza por alterar el pensamiento, la percepción, las emociones y el comportamiento de las personas que la padecen. Esto supone que no pueden pensar con claridad, manejar sus emociones, tomar decisiones, relacionarse con los demás e identificar qué es real, especialmente cuando sufren un episodio psicótico.

Los expertos coinciden en la dificultad de diagnosticar la enfermedad y de tratarla debido a la variabilidad de los síntomas, la evolución y el pronóstico, que, además, afecta al bienestar físico y mental del paciente. No hay un síntoma específico, ni un momento concreto por los que se pueda diagnosticar en primera instancia esta enfermedad, de ahí su dificultad de detección, que puede provocar que el 50 por ciento de los pacientes no tenga los tratamientos adecuados. «¿Has sentido que la televisión te hablaba?». Ante esta pregunta, un médico ha diagnosticado uno de los casos. Pero antes de esto, han pasado 10 años en los que el paciente ha estado incomprendido, pasando por médicos de atención primaria y psicólogos que no daban con el problema hasta que un psiquiatra le hace esa pregunta. Una pregunta que supone el inicio del tratamiento que puede permitirle tener una buena calidad de vida.

Episodios neurotóximos

Los episodios esquizofrénicos son «neurotóxicos», es decir, en cada uno de ellos el cerebro sufre un daño. «En el primero de ellos la recuperación es fácil, pero a medida que se van sucediendo más, empeora», ha afirmado Paz García-Portilla, investigadora del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental. Por ello, los primeros años desde el diagnóstico son determinantes para poder intervenir y modificar el pronóstico de la enfermedad, en particular, entre los cinco y siete primeros, lo que permitirá una mejoría en el 70 por ciento de los pacientes. Es necesario implantar «todas» las estrategias farmacológicas, psicológicas y psicosociales en los primeros años de diagnósticos, puesto que el porcentaje de recaídas después de un primer episodio es de un 20 por ciento al año, y del 80 por ciento a los cinco años. Además de la importancia del diagnóstico precoz, es necesario, según los expertos, «evitar que los pacientes abandonen el tratamiento porque les lleva a tener más recaídas».

Los esquizofrénicos que lo abandonan tienen «cinco veces más posibilidades de recaer y tener otro episodio que empeore su estado de salud», como ha destacado García-Portilla. El jefe de Psiquiatría del Hospital Rodríguez Lafora, Fernando Cañas, equipara abandonar el tratamiento con «jugar a la ruleta rusa». Cuando estos enfermos recaen, disminuye su capacidad funcional y cada vez resulta más difícil su recuperación. «Es como bajar cinco escalones y luego sólo poder subir tres», ha apuntado Fernando Cañas. De esta forma, tienen peor calidad de vida y conlleva también el «aumento de la carga» para el entorno familiar y para el sistema sanitario. Para hacer un mejor abordaje de la enfermedad, también ha abogado por personal sanitario «muy cualificado».

Los antipsicóticos son también clave para reducir los brotes y recaídas e, iniciados precozmente, permiten hacer una vida con normalidad. Por eso, los médicos desmitifican algunas creencias como el «por qué tomar productos químicos para modificar un padecimiento psicológico o que los fármacos solo producen adormecimiento o dependencia».

Apoyo familiar

Debido a la naturaleza de esta enfermedad, los cuidadores juegan un papel esencial en el apoyo a los pacientes y forman una parte primordial en la relación entre el paciente y los profesionales sanitarios, así como para la adherencia al tratamiento.

Desde la Asociación Madrileña de Amigos y Familiares de personas con Esquizofrenia (Amafe), su directora, Ana Cabrera, ha dicho que los fármacos por sí solos «no garantizan el éxito» y ha insistido en la necesidad de enseñar a las familias de los pacientes. «Hay que facilitarles el conocimiento de la enfermedad; a veces nos centramos en el tratamiento y nos olvidamos de las familias, que es un factor protector», ha considerado Cabrera, quien ha pedido apoyo político y social para los familiares de los enfermos, ya que «las familias no vienen enseñadas» pero pueden protegerles mucho.

Tercera causa de discapacidad

La edad media del primer episodio esquizofrénico es de aproximadamente 21 años en los hombres y 27 en el caso de las mujeres, teniendo la enfermedad la misma prevalencia en ambos géneros.

La esquizofrenia es la tercera causa de discapacidad entre la población con edades comprendidas entre los 15 y 44 años, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los fármacos antipsicóticos son efectivos en el tratamiento de los episodios agudos y en la mejoría de los síntomas en el 85% de los pacientes.

El cuidado del paciente con esquizofrenia supone de 6 a 9 horas diarias para las personas que los cuidan.