Accidentes de tráfico

El nuevo examen de conducir recreará situaciones de riesgo en la carretera

La nueva Ley de Tráfico plantea eliminar las preguntas tipo test e incorporar las nuevas tecnologías

Se retirará el carné a los conductores reincidentes por consumo de alcohol o drogas
Se retirará el carné a los conductores reincidentes por consumo de alcohol o drogaslarazon

La nueva Ley de Tráfico plantea eliminar las preguntas tipo test e incorporar las nuevas tecnologías.

Con el balance de siniestralidad vial de 2017 encima de la mesa no cabe la resignación. Toca ponerse a trabajar para darle la vuelta en este 2018. En total, el año pasado 2.000 personas perdieron la vida en las carreteras españolas, 39 más que en 2016. Y, aunque es cierto que hubo un 4,2% más de desplazamientos y que el parque móvil se amplió con 1,7 millones más de coches (que por cierto son cada más viejos: 12 años de media tenían los vehículos implicados en accidentes mortales), la explicación de esta sangría no pueden limitarse a estas tres causas. Por eso, tal y como señaló ayer en rueda de prensa el director de la Dirección General de Tráfico, Gregorio Serrano, «tenemos que seguir haciendo grandes esfuerzos para reducir las cifras de siniestralidad».

Para 2018 anunció un paquete de medidas de «control, educación, formación, comunicación e investigación». Además de la nueva Ley de Tráfico y Seguridad Vial, que ya adelantó LA RAZÓN y que todavía está en el horno –previsiblemente en febrero se presentará un borrador de la misma–, vendrán otras novedades. Entre ellas, la reforma del examen para sacarse el carné de conducir, con el fin de proporcionar una mejor formación a los futuros conductores y adaptar la conducción a las nuevas tecnologías. Lo que se baraja es eliminar el papel y con él la fórmula de las preguntas tipo test, para introducir fórmulas que fuercen la improvisación. Así, en el nuevo examen teórico se proyectaría un vídeo sobre una situación de riesgo, escena que el examinado debería analizar para describir cómo actuaría de la forma más segura posible. En lo referente al examen práctico, los examinadores podrían obligar a los aspirantes a seguir las indicaciones de un navegador GPS.

«Es evidente que hay que cambiar la manera de examinar, hay que introducir nuevo material, como vídeos, donde haya situaciones reales de tráfico y no sólo contestar ‘‘a, b y c’’ en un test», indicó el director de Tráfico, que también subrayó que esta reforma evitará así que una «avalancha de alumnos puedan presentarse al examen de conducir sin haber pasado por una autoescuela. A su juicio, «lo lógico» sería introducir conceptos de concienciación en seguridad vial propios de un «modelo de seguridad vial del siglo XXI».

En lo referente a la seguridad y con el fin de atajar los accidentes derivados del exceso de velocidad, se colocarán más radares en vías convencionales. De hecho, la DGT equiparará a los motoristas de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil con nuevos radares móviles. Además, se incorporarán drones –«como muy tarde en 2019», según Serrano–, que serán manejados por los funcionarios de Tráfico, a los que se formará para esa tarea.

Por otro lado, para atajar el problema del consumo de alcohol y drogas al volante, se retirará el carné a los conductores que reincidentes si las autoridades sanitarias certifican que ha perdido las «capacidades psicofísicas» para conducir.