A Juana Rivas se le agota el plazo

La Audiencia de Granada ya ha recibido las alegaciones de la Fiscalía y de Francesco Arcuri al incidente excepcional de nulidad que presentó Juana Rivas.

Esta semana es decisiva para determinar el futuro de la granadina Juana Rivas y de sus hijos.

La Audiencia de Granada ya ha recibido las alegaciones de la Fiscalía y de Francesco Arcuri al incidente excepcional de nulidad que presentó Juana Rivas, aunque no se pronunciará previsiblemente hasta el miércoles.

Juana lleva ilocalizable, en paradero desconocido, desde el pasado 26 de julio cuando incumplió la orden de entregar a sus hijos a su padre, Francesco Arcuri. Desde entonces, la batalla judicial no ha hecho más que recrudecerse. Y esta semana, los plazos se agotan.

Hoy, la Fiscalía y el abogado del ex marido de Juana han presentado sus alegaciones ante el incidente excepcional de nulidad que fomalizó ella y, acto seguido, la Sección Quinta del tribunal provincial deberá pronunciarse. Pero como ya indicó Adolfo Alonso, letrado de Arcuri, a este diario, se oponen a que esta vía prospere. «No se va a recurrir al Constitucional», afirmó hace unos días. Pero los abogados de Juana confían en que el incidente de nulidad les de la razón y puedan acudir al Alto Tribunal en busca de amparo. Y es que en la primera ocasión que optaron por esta vía, el TC lo rechazó porque consideró que no se habían agotado todas las vías en los tribunales ordinarios.

La segunda cita con la Justicia de la semana es mañana, cuando Juana tendrá que acudir al Juzgado de Instrucción Número 2 de Granada para prestar declaración, ya que este tribunal es el que ha asumido la vía penal de la causa. Franceso Arcuri también está citado para dar su versión de los hechos. Y es que la Justicia no dio, en esta ocasión, la razón al padre que solicitó tomar medidas cautelares contra Juana, entre ellas, su detención.

Mientras se dirimen los asuntos judiciales, siguen saliendo a la luz diferentes versiones de lo que fueron los años de matrimonio de Juana y Francesco. En la última denuncia que presentó ella por presunto maltrato ante la Guardia Civil en 2016 aseguraba que «el control es constante. Tiene que saber donde he estado y con quien, lo que he hecho en casa... Incluso este control lo ejerce indirectamente a través de mi hijo (el mayor, ahora de 11 años) al que le pregunta con quién he estado», explicó. Y añadió que «me prohibía viajar a España y, cuando me lo ha permitido, ha sido imponiendo sus condiciones. Se ha negado en muchas ocasiones alegando que soy mala madre, que no estaba capacitada para estar con mis hijos». Sin embargo, el letrado de Francesco mantiene una versión distinta, no sólo porque se la haya contado su cliente, sino porque algunos vecinos se han acercado a él para contársela. «Ella jamás me habló mal de él y no me mencionó ningún capítulo de violencia, ni hacia ella ni hacia sus hijos», le dijo en un e-mail. Serán los tribunales los que determinen quién dice la verdad.